AFP
El balance conjunto de muertos tras el terremoto que azotó Turquía y Siria este lunes ascendió a más de 2 mil 600 fallecidos.
Al menos mil 651 personas murieron en Turquía en el sismo de magnitud 7.8, según el ministro turco de Salud Fahrettin Koca, y al menos mil personas murieron en la vecina Siria, de acuerdo a cifras comunicadas por el ministerio de Salud sirio.
Los Cascos Blancos, que operan en las partes de Siria en manos de los rebeldes, indicaron que hubo al menos 380 muertos y más de mil heridos en esos sectores.
El temblor se sintió a las 04 horas 17 (01 horas 17 GMT) y se produjo a una profundidad de 17. 9 kilómetros, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). El epicentro se situó en el distrito de Pazarcik, en la provincia de Kahramanmaras, en el sureste de Turquía, a unos 60 km de la frontera siria.
Un nuevo movimiento telúrico de magnitud 7.5 golpeó la zona a las 13 horas 24 (10 horas 24 GMT), a cuatro kilómetros al sureste de la localidad de Ekinozu, según el USGS. También se produjeron una cincuentena de réplicas, según Ankara.
Es muy probable que el balance se agrave rápidamente, teniendo en cuenta el número de edificios derrumbados en las ciudades más afectadas, como Adana, Gaziantep, Sanliurfa y Diayarbakir, en el sureste de Turquía.
Debido a la hora en que ocurrió el sismo, de madrugada, la mayoría de la gente estaba durmiendo.
“Mi hermana y sus tres hijos están bajo los escombros. También su marido, su suegro y su suegra. Siete miembros de nuestra familia están bajo los escombros”, explicó a AFP Muhittin Orakci, mientras presenciaba las operaciones de rescate delante de un edificio en ruinas en Diyarbakir.
“Su hermana sigue bajo los escombros”, dijo una mujer señalando a otra víctima desconsolada en la misma localidad.
Por seguridad, se cortó el gas en toda la zona, por las réplicas y por temores a que se produjeran explosiones.
Por su parte, el Kurdistán iraquí informó que suspenderá por precaución las exportaciones de crudo a través de Turquía.
Este sismo es el más importante en Turquía desde el terremoto del 17 de agosto de 1999, que causó 17 mil muertos, un millar de ellos en Estambul.
Según el vicepresidente turco, Fuat Oktay, al menos tres de los aeropuertos del área afectada, Hatay, Maras y Gaziantep, fueron cerrados al tráfico.
La nieve y las tormentas que azotan la región impedían el tráfico en otros aeropuertos, incluido el de Diyarbakir, constató AFP.
Algunas imágenes en la televisión turca y redes sociales mostraban a personas asustadas en pijama, deambulando entre la nieve, mientras observaban a los rescatistas buscar entre los escombros de sus casas.
En tanto, la agencia siria SANA difundió imágenes que mostraban importantes destrucciones en varias ciudades, entre ellas Lataquia, en la costa del Mediterráneo, donde se derrumbaron edificios enteros.
Medios progubernamentales señalaron que varios edificios colapsaron parcialmente en Hama, centro de Siria, donde bomberos y rescatistas intentaban sacar superviviente de entre los restos.
Raed Ahmed, jefe del Centro Nacional de Monitoreo Sísmico de Siria, dijo a una radio oficial que este fue “históricamente el mayor terremoto registrado”.
El temblor provocó escenas de pánico. Muchos habitantes salieron a las calles pese a las lluvia torrenciales.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, cuya gestión de esta tragedia tendrá mucho peso en las reñidas elecciones del 14 de mayo, hizo un llamado a la unión nacional.
El gobierno Sirio, por su parte, pidió ayuda a la comunidad internacional.
La Unión Europea (UE) y muchos de sus países miembros anunciaron que enviaban ayuda y equipos de rescate.
También lo hicieron Estados Unidos, Reino Unido, Israel, India, Azerbaiyán y Ucrania, así como Grecia, rival histórico de Turquía.
El papa Francisco manifestó su “profunda tristeza” por lo ocurrido y el presidente chino, Xi Jinping, hizo llegar su pésame a los dos países.
El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que enviará equipos de rescate a Turquía y Siria tras mantener conversaciones con sus homólogos de ambos países.
Según el Kremlin, Erdogan aseguró que ordenó “a los órganos competentes de su país que acepten la ayuda de los socorristas rusos”.
Turquía está situada en una de las zonas sísmicas más activas del mundo.
Expertos llevan tiempo advirtiendo que un sismo de gran magnitud podría devastar Estambul, que ha permitido construcciones generalizadas sin precauciones.
Un terremoto de magnitud 6.8 sacudió Elazig en enero de 2020, matando a más de 40 personas.
Y en octubre de ese mismo año, otro de magnitud 7,0 sacudió el mar Egeo, causando 114 muertos y más de mil heridos.