El Senado de la República aprobó este martes en lo general y lo particular la polémica reforma al Poder Judicial, tras una larga y tensa sesión que incluyó enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad, así como la toma de la tribuna por parte de legisladores de oposición.
Con 86 votos a favor y 41 en contra, la reforma fue avalada gracias al voto del senador Miguel Ángel Yunes Márquez, mientras que la ausencia de Daniel Barreda (MC), por la detención de su padre, facilitó la mayoría calificada.
Entre los principales cambios que introduce la reforma se encuentran la elección de jueces, magistrados y ministros por voto popular, la reducción de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de 11 a 9 integrantes, y la desaparición del Consejo de la Judicatura. Este órgano será sustituido por un ente administrativo y un Tribunal de Disciplina Judicial.
La sesión se llevó a cabo en la antigua Casona de Xicoténcatl, debido a que manifestantes irrumpieron en la sede principal del Senado en Paseo de la Reforma. Durante la votación, que se realizó de forma nominal ante la falta de un tablero electrónico, la emecista Alejandra Barrales pidió suspenderla debido a la ausencia de su compañero Daniel Barreda, lo que fue negado por el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña.
La discusión estuvo marcada por momentos de tensión. Senadoras del PAN, como Gina Campuzano, protagonizaron empujones con legisladoras de Morena, mientras que la tribuna fue ocupada desde que comenzó el posicionamiento de Morena sobre la reforma.
A pesar de las protestas de la oposición, Fernández Noroña argumentó que el reglamento le facultaba para someter la votación, cerrando la discusión en lo general tras cinco oradores a favor y cinco en contra. “¡La reforma va!”, expresó ante los reclamos de los legisladores de PRI, PAN y Movimiento Ciudadano.
Con la reforma aprobada, se abre un nuevo capítulo para el sistema judicial mexicano, aunque el debate y las tensiones políticas alrededor de este tema parecen lejos de haber concluido.