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Pierden bancos mexicanos más de 300 mdp

Las arcas de los bancos mexicanos sufrieron un golpe millonario. Un grupo de ‘hackers’ robó millones de pesos en una operación que bien podría ser un guión de televisión o cine.

Los atracadores obtuvieron entre 300 y 400 millones de pesos por medio de los sistemas de banca en línea de instituciones. El hurto ocurrió el último fin de semana de abril, lo que obligó a una reestructuración del Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios (SPEI), operado por el Banco de México, que demoró operaciones bancarias en el país durante las últimas semanas.

Los ‘hackers’ entraron a los sistemas de los bancos para realizar transferencias de dinero a cuentas fantasma, según refirieron fuentes de la investigación a Reuters. Cientos de movimientos llevaron el dinero hacia otras instituciones financieras en donde los atracadores retiraron el dinero en efectivo sin dejar rastro. La sospecha de que los atracadores contaron con la ayuda de trabajadores del mismo sistema bancario domina en las investigaciones. El gobernador del Banco de México, Alejandro Díaz de León, confirmó que el ciberataque ocurrió, aunque no certificó el monto del atraco.

El atraco podría involucrar a cinco bancos, según la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), aunque dos de ellos lo reconocieron públicamente. Ambos aseguraron que ningún cuentahabiente fue afectado por el atraco.

El 27 de abril, las transferencias electrónicas se volvieron lentas. Siendo viernes y fin de mes, varios mexicanos esperaban el pago de su salario, por lo que usuarios denunciaron las irregularidades.

La mayoría de los bancos mexicanos tienen contratados proveedores para enlazar y operar el sistema SPEI del Banco de México con sus plataformas de servicios en línea. Desde el banco central señalaron que las transferencias sospechosas ocurrieron en ese eslabón. El cierre del sistema obligó a los bancos a conectarse directamente a SPEI y a dejar fuera a los intermediarios. Ahí comenzó la ralentización de las operaciones bancarias.