Por Pedro García
Contra el pronóstico de los especialistas en economía, finanzas y otras hierbas parecidas, el triunfo de electoral de AMLO no provocó la fuga de capitales, en cambio, el Peso se aprecia.
Entre tanto, los empresarios, líderes de las corporaciones debieron buscar audiencia con el virtual Presidente electo, más recientemente los del grupo Monterrey que, apiñados, dialogaron con quien –según- con su sólo triunfo llevaría al país al despeñadero. Entre los industriales regiomontanos hubo algunas ausencias a pretexto de compromisos que implicaron viajes al extranjero.
“Hablamos de cómo unirnos para lograr el progreso con justicia”, declaró AMLO al término del diálogo.
Este enfoque de la participación de los industriales regios es concordante por el hecho de que los capitalistas de Monterrey tienen experiencia y fueron los fundadores de la responsabilidad social con sus trabajadores mediante las prestaciones en vivienda, que luego el gobierno copió con el Infonavit, así como la atención con servicios de salud, por ejemplo.
Dados los apuros financieros que experimentará el gobierno de López Obrador por los compromisos de deuda (vencimientos y pago de intereses), el erario requerirá de ingresos para saldar eso; es decir, se necesita de inversiones, apertura de más negocios y creación de mucho más empleos que además de generar derrama económica, reporten a las arcas pago de impuestos de ISR y consumo, el IVA.
Recuérdese que el gobierno de AMLO no aumentará los impuestos, pero bajará el gasto corriente con un fuerte ajuste que ya preocupa a las élites de la burocracia nacional, con el objetivo de cumplir la política social y necesita de generar recursos con ahorros a través de la anulación de los servicios personales de la gente que trabaja en el gobierno.
Entonces, es muy significativo el encuentro del grupo Monterrey con López Obrador porque arroja un compromiso mutuo de trabajar hombro a hombro para llevar al país por un sendero de productividad, responsabilidad social con beneficio a los más vulnerables y transparencia de los actos de gobierno.
Históricamente, el discurso de los empresarios regiomontanos a través de sus cámaras: Canaco, Caintra y Centro Patronal, hoy Coparmex, era de exigencia a los sucesivos gobiernos de bajar el gasto corriente y desmantelar los sistemas de corrupción que afectan la gestión empresarial en las distintas dependencias oficiales donde hay que pagar “moches” para obtener permisos o licencias, no obstante de cumplir cabalmente con los trámites y requisitos, ya engorrosos de por sí.
Así, no creemos que a los empresarios regios les incomode un nuevo régimen, despojado de la transa y los moches.