A partir de este día México cuenta oficialmente con Presidente Electo para el período 2018—2024. De esta forma, la esperanza se apodera cada vez más de los mexicanos que estamos ansiosos de que el país supere su realidad actual de corrupción, violencia, injusticia y falta de equidad. Por lo menos ese es el deseo de los 30 millones de ciudadanos que votaron por Andrés Manuel López Obrador que, para colmo de los que no, deberá gobernar la nación a partir del primero de diciembre próximo, aunque, como se observa, ya lo hace desde ahora. Y seguramente los indígenas, aunque no hayan votado por él, confían en que pronto tendrán siquiera los mínimos beneficios que se merecen.
La fecha en que da su declaración contundente el Tribunal Electoral coincide con un aniversario más del nacimiento de Emiliano Zapata, símbolo de la Revolución Mexicana, hecha por campesinos e indios a los que nunca se les ha hecho justicia. También el miércoles 9 de agosto se conmemora el Día Internacional de los Pueblos Indígenas que en México, según El Peje, habrán de ser prioridad.
De acuerdo con el CONEVAL, son los más vulnerables ante la desigualdad social. Alrededor de 70 por ciento de ellos –de un total que rebasa los 15 millones-sobrevive con el salario mínimo. La mayoría no cuenta con seguridad social –80 por ciento–. Los niños indígenas sufren desnutrición crónica, pese a la Cruzada Nacional contra el Hambre que anunció el gobierno que acaba y no cumplió. Al contrario, hay la presunción de que los recursos destinados a este plan nunca fueron vistos por los pueblos nativos, pero sí sirvieron a prominentes funcionarios para su enriquecimiento.
Millones de indígenas son analfabetas y no conocen lo que realmente es una escuela. Tampoco saben de vivienda digna, de hospitales, clínicas de salud y medicamentos. Su entorno es el sufrimiento, la explotación y el despojo de sus recursos naturales. Mucho se presume en su nombre y casi nada es lo que existe. Son las víctimas mayores de la pobreza. Peor si son mujeres, adultos mayores o jóvenes. Nadie de este sector se salva de la discriminación económica, social y política. Y no es de ahora, sino desde hace más de 500 años que llevan esa condición.
AMLO ha reconocido que es con las comunidades nativas donde radica la deuda histórica de México. Todas son parte de los 53 millones de pobres que demandan no se les excluya del desarrollo social. “Se atenderá a todos, se respetará a todos, pero se dará preferencia a los pobres y a los desposeídos. Se empezará a pagar la deuda histórica que el país tiene con sus comunidades y pueblos indígenas. Los primeros serán los olvidados, los débiles y los humillados”, se dice en el proyecto Alternativo de Nación en donde se menciona además la importancia que tiene para el nuevo gobierno el desarrollo del sureste del país, pues desde hace siglos lleva la paradoja de ser la región con más riquezas naturales (petróleo, gas, agua, biodiversidad, patrimonio cultural, potencial turístico), pero su población vive en la pobreza por una inadecuada distribución del ingreso nacional.
Esa es la convicción del Presidente Electo. Pero hay otras visiones. Contrarias como las expresadas por el ex subcomandante Marcos a nombre del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, quien desde hace mucho sigue empeñado en ser un comediante. También está la postura de Marichuy, quien quiso ser candidata independiente a la Presidencia de la República y se dedicó a recorrer el país, principalmente esas comunidades y pueblos a los que hace referencia López Obrador. Para ella, lo peor está por llegar, porque los políticos y empresarios van a continuar con su estrategia de despojo con los megaproyectos impulsados por Enrique Peña Nieto.
La Vocera del Consejo Indígena de Gobierno dijo no hace mucho a los mixes de Oaxaca, que la lucha de los pueblos indígenas no es para 2018, que va a tardar mucho. De esta forma aludió a las obras hidroeléctricas que se imponen en la región. Lo que nos han narrado en este lugar, expresó, son problemas que pasan en otros pueblos. Ya no estamos de acuerdo, agregó, con los despojos, los muertos y los desaparecidos. Hay que organizar y levantar la voz. Ser fuertes abajo y los de arriba solitos van a caer.
Lo cierto es que los proyectos de muerte sembrados por el neoliberalismo económico brotan por doquier. Sus promotores dividen, destruyen y despojan. En Juchitán, Oaxaca, la Asamblea de los Pueblos Indígenas del Istmo denuncia asesinatos como parte de la ofensiva emprendida por los gobiernos y empresas trasnacionales en contra de la comunidad binnizá, que se defiende de los megaproyectos eólicos.
Más abajo, en la zona Zoque de Marques de Comillas, Chiapas, se denuncia que los habitantes se encuentran bajo la amenaza por la presencia de pozos petroleros y otras actividades extractivas, que llega gente extraña y entra a las comunidades como en el ejido de Zamora Pico de Oro, donde amenazan con entrar a saquear. En la región Tsotsil-Tseltal, en Venustiano Carranza, los pescadores son amenazados por los marinos encargados de la vigilancia de la Presa La Angostura que inundó lo que antes eran sus tierras. En la comunidad de La Laguna, municipio de Coyuca de Catalán, Guerrero, los activistas defensores de los bosques, la tierra y el agua son atacados por parte del gobierno estatal y obligados a abandonar la región. Son los desplazados de La Laguna, que los hay en todo el país y en el mundo. Por ello el llamado de la ONU para proteger a los pueblos indígenas en migración. Porque huyen de la privación económica, del desplazamiento forzado, de los desastres medioambientales, incluyendo los impactos del cambio climático, de la conflictividad social y política y la militarización.
En este marco, días antes de las elecciones del primero de julio, Francisco López Bárcenas, estudioso del tema, se refirió a los Pueblos Indígenas y la Cuarta República prometida por Andrés Manuel López Obrador, quien se ha pronunciado por reformas constitucionales, institucionales y de políticas públicas relacionadas con este sector de la población mexicana. En el fondo, dice el analista, está la defensa de sus derechos. De ahí su consideración de que con el actual Presidente Electo hay posibilidades de un verdadero cambio. No por sus propuestas, aclara, porque apuntan a sus problemas más apremiantes pero no combaten las causas que los producen; sino por las condiciones políticas –resalta— que podrían generar, donde los pueblos tendrían mejores condiciones para organizarse, conservar una agenda nacional propia y luchar por ella.
Su consideración es que los cambios que el país y los pueblos indígenas necesitan vendrán de la organización y la lucha de ellos mismos. “Empujar por la Cuarta Transformación de la República puede ser una oportunidad de inclusión de quienes siempre han estado fuera de ella”, apreciación con la cual coincidimos.
DE NORTE A SUR
Con la Secretaría de Desarrollo Rural que encabeza Héctor Padilla Gutiérrez, el estado de Jalisco, que gobierna Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, se afianza como El Gigante Agropecuario de México, de ahí que haya reuniones determinantes para el sector. Como el Congreso Nacional de Ganaderos Lecheros y el Octavo Congreso Internacional de Aneberries, ramas productivas en que la entidad se consolida a diario en el país y en el mundo… El titular de la SAGARPA, Baltazar Hinojosa Ochoa, anunció la tercera edición de la México Alimentaria 2018, Food Show, que es la más importante de América Latina. El tamaulipeco acompañó la presentación con el dato de que este año el valor de la producción mexicana en agricultura, ganadería y pesca alcanzará un millón de millones de pesos… Sin embargo, hay voces que piden al Secretario ponerle la lupa al nuevo coordinador general de Promoción Comercial y Fomento a las Exportaciones de ASERCA. Se llama Fernando Cruz y las quejas en su contra se acrecientan por su desbordante prepotencia. Se dice que con su actitud de soberbia y conducta discrecional bloquea la participación de productores y distribuidores de esta importante feria agroalimentaria a desarrollarse en los próximos días. Funcionarios así dañan la imagen del sector que ha dejado grandes logros en esta administración… José Luis González Aguilera asumió una vez más la coordinación del Congreso Agrario Permanente. El CAP en distintos tiempos ha adulado a los gobiernos del PRI y del PAN. El dirigente de la UGOCM asegura que ante AMLO alzará la voz sin sumisión y sin confrontación. Pronto veremos qué tanto tiene de verdad.