Las bodegas de lluvia son una clara muestra de tecnología, innovación y cuidado del agua aplicados al campo mexicano, manifestó Héctor Padilla Gutiérrez, expresidente de la Asociación Mexicana de Secretarios de Desarrollo Agropecuario (AMSDA), quien agregó que en el Estado de Jalisco hay productores que las implementan, pues con una hectárea logran captar líquido para regar hasta cinco hectáreas lo que significa un aprovechamiento del 500 por ciento.
El también titular de la Secretaría de Desarrollo Rural de Jalisco señaló que con esta innovación se aprovecha el agua de temporal y las lluvias eventuales, con una inversión que va acorde con la superficie agrícola a beneficiar, un mantenimiento mínimo y vida útil de las bodegas hasta de 25 años.
Héctor Padilla Gutiérrez indicó que el pionero de lo que ya se copia en varias partes del Continente es el visionario jalisciense Luis Cisneros Torres quien, en menos de dos décadas, ha contribuido con su método a incrementar la productividad que entre otros factores más han hecho de Jalisco El Gigante Agroalimentario de México.
Precisó que las bodegas de agua de lluvia para el riego de diferentes cultivos, el líquido que se capta en cada temporal propicia mayor rendimiento en las cosechas, de tal manera que la inversión que se hace se recupera con las utilidades que generan, por lo que se trabaja en replicar este modelo en todo el Estado ya que el 85 por ciento de la superficie cultivable corresponde a tierras que dependen del temporal de lluvias.
Lo importante es que el vital elemento no se desperdicie, no se evapore o vaya a parar directamente al mar como sucede en gran parte de las entidades del país, además de que el agua de lluvia contiene más nutrientes para los cultivos, ofrece ahorros en energía eléctrica, fortalece el medio ambiente y aumenta la productividad con rendimientos superiores en 15 por ciento en comparación a cultivos regados con agua de pozo.
Por lo anterior, las bodegas de lluvia constituyen una excelente alternativa en la captación del agua pluvial que después se almacena a fin de aprovecharla en el riego de hortalizas, aguacate y maíz, de ahí que se busque generalizar esta técnica que tiene una creciente demanda como herramienta ideal para impulsar a la agricultura.
Por ejemplo, en el municipio de Tototlán, región Ciénega de Jalisco, se aprovecha el potencial climático que da una precipitación anual de lluvia de mil milímetros en promedio que se utiliza en invernaderos de jitomate; igual sucede en huertas de aguacate de Zapotlán El Grande donde se capta agua sobre 18 mil metros cuadrados de terreno permitiendo almacenar 22 millones de metros cúbicos para regar alrededor de 3,200 árboles.
Finalmente, reconoció que al inicio deben hacerse inversiones importantes en la instalación de las obras de infraestructura para captar y almacenar el líquido, los recursos se recuperan con las utilidades que generan los cultivos.