La exportación de miel mexicana se incrementó en 11.73 por ciento en el primer semestre del año en comparación con el periodo homólogo anterior al alcanzar, en valor, 71 millones de dólares, mientras que en enero-junio del año pasado se contabilizaron 63 millones de dólares.
Lo anterior, gracias a las políticas públicas, destinadas a incentivar esta actividad, que puso en práctica la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), así como al esfuerzo de las y los productores apícolas nacionales.
Según estimaciones de la dependencia, con datos del Banco de México la miel es uno de los principales productos pecuarios de nuestro país que se venden en el extranjero y durante el 2017 se consiguieron ventas por 105 millones de dólares.
En este caso, se informó que el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) cuenta con el Programa de Monitoreo de Residuos Tóxicos y Contaminantes para certificar que la miel de abeja no contenga contaminantes físicos, químicos o microbiológicos, que pudieran afectar la salud de los consumidores y la calidad del producto.
Personal del organismo de la SAGARPA recolecta muestras aleatoriamente en las unidades de producción de miel orgánica o convencional del país y las canaliza al Centro Nacional de Servicios de Constatación en Salud Animal (CENAPA) para su análisis.
En los laboratorios del CENAPA, los técnicos realizan pruebas con equipo moderno para constatar que la miel cumple con los estándares más altos de inocuidad que demandan los mercados de México y el mundo.
Los análisis que se practican están basados en los lineamientos establecidos en las regulaciones del Codex Alimentarius y la Unión Europea, relacionados con los Límites Máximos de Residuos para asegurar la inocuidad y calidad del producto.
Por estas características, la miel mexicana está cotizada como una de las mejores a nivel internacional y, desde hace cinco décadas, se comercializa en el mercado europeo, en especial en el alemán y paulatinamente ha incrementado su venta en los Estados Unidos de América (EUA), Arabia Saudita y Japón.
La apicultura produce, además de miel, otros productos como polen, jalea real, propóleos e incluso su apitoxina o veneno, el cual resulta benéfico para la población, por sus propiedades nutricionales y terapéuticas.
Esta actividad constituye una importante fuente de empleos e ingresos, se ubica entre los tres primeros lugares en el subsector pecuario como generadora de divisas por concepto de la exportación de miel.
México es hábitat de una amplia variedad de abejas, calculada en cerca de dos mil especies, lo que es muy benéfico ya que estos insectos realizan la polinización del 87 por ciento de las 352 mil especies de plantas con flor que existen en nuestro planeta; entre ellas un tercio de las especies agrícolas.
La calidad y sabor de la miel mexicana conquista los mercados internacionales, en 2017 se produjeron 50 mil 955 toneladas de este endulzante natural, lo que beneficia, principalmente a pequeños productores y mujeres emprendedoras en zonas rurales del país.
En los últimos 10 años México ha registrado una producción promedio de 57 mil toneladas del dulce; a mayo de 2018 se reporta 28.7 mil toneladas, 34 por ciento más de lo reportado a mayo del 2017.
Es por ello, que el SENASICA, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), llevan a cabo acciones para protegerlas, en coordinación con autoridades homólogas de Estados Unidos y Canadá.