El ayuntamiento de Doctor González negó el permiso de Uso de Suelo a la empresa Matrimar que pretende explotar una pedrera en la zona protegida de la sierra de Picachos, informó la alcaldesa Mayra Ábrego Montemayor a comuneros y productores agropecuarios en audiencia, este jueves.
Ábrego Montemayor despejó así los temores sociales que había de la inminente operación de la cantera que la temida empresa Matrimar se enterca en explotar, no obstante que ya arrasó en otros municipios como Cerralvo, donde bloquea y acapara las aguas de ríos con daño al consumo humano y a la salud pública, así como en detrimento de la producción de ganado mayor y menor, lo mismo con las voluminosas emisiones de polvos.
Aristeo Benavides acompañado de un grupo de vecinos y modestos productores agropecuarios, acudieron al palacio municipal de Doctor González donde la alcaldesa escuchó la angustiada petición de que esclareciera rumores que aseguraban que Matrimar ya había obtenido el permiso de Uso de Suelo para horadar la sierra de Picachos, elevación considerada Zona Protegida.
La Presidenta municipal comentó que su gobierno “nunca vamos a permitir algo que afecte al municipio”.
La Presidenta municipal informó al grupo que la gestión de Matrimar fue denegada, determinación que figura en los Estrados de Palacio, lo cual confirmaron, al instante, el joven ciudadano Aristeo Benavides y sus vecinos.
Picachos absorbe
polución regia
Benavides informó que la decisión del ayuntamiento de Doctor González les alivia la angustia e incertidumbre que había, sin embargo, agregó que estarán pendientes del activismo de los directivos y propietarios de Matrimar que se destaca por el influyentismo, las presiones políticas y económicas, y artimañas leguleyas para conseguir sus propósitos.
Abundó que las pedreras de Matrimar ha dañado la vida de los habitantes de Cerralvo, Herreras, Melchor Ocampo, Ramones y ahora insiste en afectar Doctor González.
Benavides detalló que, en la explotación de las pedreras, Matrimar usa cientos de miles de litros de agua que acapara de los ríos, lo cual ha ido reduciendo de manera dramática la posibilidad de disponer el líquido para el consumo humano y las actividades ganaderas, con riesgo de que en el corto plazo esa poderosa empresa se enseñoree en una región de pueblos fantasmas.
Alertó que la sierra Picachos es una zona protegida y demandó a las dependencias estatales y federales del ramo ambiental a que no cedan a las presiones de Matrimar para romper la elevación ya que es un factor determinante para amortiguar los efectos de la contaminación de la zona metropolitana de Monterrey, que ya de por sí registra niveles alarmantes de polución.