La emergencia sanitaria por COVID-19 ha modificado estilos de vida no sólo en los adultos, sino también en jóvenes, niñas y niños.
Cambiar a un sistema escolarizado en línea desde hace casi nueve meses no ha sido fácil para los alumnos y esta nueva modalidad de estudio puede venir acompañada del aumento de estrés en los estudiantes, advirtió la psicóloga clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Nuevo León, licenciada Rosa Nelda Santos.
El estrés es parte del proceso de adaptación al cambio. Además, es importante tener en cuenta que cada persona enfrenta la adaptación de manera distinta, de acuerdo a su personalidad, habilidades sociales, inteligencia emocional y otras características personales, puntualizó la especialista.
Con base en esto, es importante que los estudiantes evalúen su situación y reconozcan el o los motivos que elevan su estrés.
En algunos casos puede ser el exceso de tareas, mala organización, pobre comunicación entre grupos de trabajo, entre otros. Al reconocer qué provoca el estrés se pueden evaluar alternativas de solución, ya sea de cambio o mejora, y organizarse con horarios que incluyan pequeños “breaks” o pausas activas durante el día, lo que contribuirá al relajamiento y evitar saturación mental, indicó.
“No todo tiene que ser estudiar y hacer trabajos, se resalta la importancia de tener tiempo de calidad con uno mismo, permitirnos hacer actividades de recreación y cosas que disfrutemos”, comentó la licenciada Santos.
En el proceso de adaptación la comunicación es fundamental, tanto con las personas que son parte del conflicto (profesores, compañeros, padres, etc.) para expresar sentimientos o emociones, como con los miembros del hogar; dar o recibir muestras de afecto, como un abrazo o una palabra de aliento, puede ser muy reconfortante en momentos de alto estrés, afirmó.
Además, se recomienda mantener una adecuada higiene del sueño, procurando dormir entre siete y ocho horas, ya que un descanso adecuado favorecerá el óptimo desarrollo cognitivo, conductual y emocional, mientras que dormir poco impacta negativamente en el estado de ánimo, desarrollo, atención y concentración. Con estas recomendaciones el cambio puede ser más sencillo y agradable, sostuvo la psicóloga clínica.
En el IMSS, los equipos de psicología clínica de las Unidades de Medicina Familiar (UMF) atienden estas situaciones y ofrecen a la población afectada métodos específicos para el manejo del estrés, que permitan a los derechohabientes tener una mejor calidad de vida.