Tener una movilidad limitada y estar bajo la recomendación de permanecer en casa por casi un año para evitar contagios por COVID-19, ha generado un fenómeno llamado por los especialistas: fatiga pandémica.
Se trata de un cansancio colectivo por enfrentar de manera prolongada una situación fuera de la normalidad, que llegó de manera inesperada y que ha trastocado la vida de las personas con una limitación importante de movilidad social, a lo cual ha sido difícil adaptarse.
La psicóloga del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Nuevo León, Rosa Nelda Santos, comentó que la fatiga pandémica provoca que algunas personas, consciente o inconscientemente, ignoren pautas para enfrentar la pandemia, como el hecho de mantener el distanciamiento social y el uso de mascarillas, incluso para algunas otras personas la situación puede alcanzar un punto de quiebre en su salud mental.
La salud mental se ve afectada con síntomas y signos como somnolencia diurna por alteraciones de sueño, dolores articulares, musculares sin causa aparente, irritabilidad y disminución de memoria. Además, las personas pueden caer en problemas de consumo de alcohol y violencia.
Los derechohabientes que muestren síntomas pueden acudir a consulta médica. El Seguro Social desde la consulta de Medicina Familiar puede tratar estos casos de fatiga pandémica, comentó la especialista en psicología.
De considerarlo necesario, el médico familiar puede enviar al paciente al departamento de psicología o bien, de psiquiatría, para que se le otorgue un tratamiento preciso y adecuado.
Se recomienda buscar realizar ejercicio físico o uno distinto al que ya se practica, probar actividades de meditación para bajar los niveles de estrés y mejorar el estado de ánimo, así como variar las actividades de entretenimiento en casa que, incluso, permitan la convivencia familiar, concluyó la vocera del IMSS.
