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Compra gobierno refinería en Houston, lista para chatarra y con pasivos por 980 MDD

FACETAS DE MÉXICO

Pascacio Taboada Cortina/Jorge Martínez Cedillo

En un hecho insólito como de pesadilla, el gobierno de México acaba de tomar la decisión de dejar de importar gasolinas, diésel y otros combustibles derivados del petróleo, mediante la compra en efectivo de la Refinería Shell, ubicada en Deer Park, Texas, EE UU, por un monto de 600 millones de dólares. Este valor representa el 50 por ciento del total de la empresa, por virtud de que, el otro 50 por ciento, ya era propiedad mexicana desde 1994.

Esta operación no tendría límite para felicitar al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, si no fuera porque la planta tiene un rezago de pasivos por 980 millones de dólares y prácticamente todos sus procesos están convertidos en chatarra.

Puede afirmarse, sin riesgo de equivocarse, que la empresa Shell hizo “el gran negocio”, ya que, de 14 refinerías que opera en territorio norteamericano, requiere urgentemente de vender o rematar siete, a fin de potenciar otro tanto más cuyas instalaciones “están por el estilo” que la planta de Deer Park.

El hecho de que México adquiriera en su totalidad una empresa en territorio de Estados Unidos, tiene gran significación, aunque sea un “pelo de gato”, por tratarse de Texas. Este hecho no sucedía desde antes de 1848, cuando Texas quedó separado de México, junto con parte de otros cinco estados fronterizos mexicanos, lo cual representó la pérdida de más de dos millones de kilómetros cuadrados (más de la mitad de nuestro actual territorio).

A simple vista, el negocio era redondo. Hasta al mismo presidente López Obrador “se le quemaban las habas” el martes pasado para dar la noticia, y no aguantó más:

“Hoy cerramos la operación para comprar la refinería de Deer Park de Houston, Texas, propiedad de Shell. Ahora Pemex tendrá el 100 por ciento de las acciones. Lo más importante es que en 2023 seremos autosuficientes en gasolinas y diésel. No habrá incremento en los precios de los combustibles.

“Pemex compró las acciones de la refinería Deer Park, de Houston, de la empresa Shell. Se compró el 50 por ciento de las acciones, porque el otro 50 por ciento de las acciones ya era de Pemex.

De esta manera, ya contamos con una nueva refinería. Esta refinería de Houston, tiene capacidad para procesar 340 mil barriles diarios. Vamos a producir gasolinas, diésel, y es igual que la nueva refinería de “Dos Bocas”, que estamos construyendo. También va a tener capacidad para refinar 340 mil barriles diarios de combustibles”.

Seguimos sorprendidos y vamos a establecer una ‘ligera comparación’: La refinería recién adquirida en su totalidad, tiene capacidad de producción de 340 mil barriles diarios de gasolina y otros combustibles; le costó al gobierno 600 millones de dólares (sin considerar el 50 por ciento pagado por el gobierno del presidente Carlos Salinas de Gortari en su momento, en 1994).

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