AP
Cohetes que al parecer pretendían atacar al aeropuerto internacional de Kabul cayeron este lunes en un vecindario cercano, en la víspera de que las tropas de Estados Unidos completaran su retirada de su guerra más larga después de que el Talibán conquistó Afganistán.
Los cohetes no frenaron el tráfico constante de aviones militares estadounidenses de transporte C-17, que aterrizaban y despegaban del aeropuerto internacional Hamid Karzai en la capital afgana.
Ningún grupo reclamó en un primer momento la autoría del ataque. El grupo extremista Estado Islámico realizó la semana pasada un devastador ataque suicida en una de las puertas del aeropuerto, que mató al menos a 169 afganos y 13 militares estadounidenses.
En el aeropuerto se han registrado sucesivas escenas de caos en las dos semanas transcurridas desde la rápida ofensiva en la que el Talibán tomó el control del país, casi 20 años después de la invasión inicial estadounidense desencadenada por los ataques del 11 de septiembre de 2001.
Pero desde el ataque suicida, los talibanes han restringido su perímetro de seguridad en torno al aeródromo y tienen combatientes desplegados hasta la última cerca que los separa de la pista de aterrizaje.
En el vecindario de Chahr-e-Shaheed no tardó en formarse una multitud en torno a los restos de un sedán de cuatro puertas empleado por los agresores, y que parecía tener seis tubos de lanzacohetes donde debería estar el asiento trasero. El grupo EI y otros milicianos suelen colocar esos tubos en vehículos para transportarlos sin ser detectados y acercarse a un objetivo.
“Estaba dentro de la casa con mis hijos y otros parientes cuando de pronto hubo varias explosiones”, contó Jaiuddin Khan, que vive cerca. “Saltamos al complejo de la casa y nos tumbamos en el suelo”.
Algunos de los cohetes cayeron al otro lado de la ciudad, en el vecindario de Salim Karwan, y golpearon bloques de apartamentos residenciales. Ese vecindario está a 3 kilómetros del aeropuerto. En un primer momento no había reportes de heridos.
Cinco cohetes atacaron el aeropuerto, según el capitán de la Armada estadounidense Bill Urban, portavoz del Comando Central del Ejército estadounidense. Un arma defensiva conocido por el acrónimo C-RAM (Sistema contra cohetes, artillería y morteros) respondió a los cohetes con un aluvión de munición, señaló.
El sistema produce un reconocible sonido, como de taladro, que se oyó sobre la ciudad en el momento del ataque.
En Washington, la Casa Blanca indicó en un comunicado que se había informado al presidente, Joe Biden, del “ataque con cohetes en el Aeropuerto Internacional Hamid Karzai” de Kabul.
“El presidente fue informado de que las operaciones continúan sin interrupción en (el aeropuerto) y ha reconfirmado su orden de que los comandantes redoblen sus esfuerzos para priorizar hacer lo que sea necesario para proteger a nuestras fuerzas sobre el terreno”, indicó el comunicado.
Tras el incendio de los cohetes, los aviones siguieron aterrizando y circulando por el lado militar del aeropuerto. En un momento dado el lunes por la mañana, salían aviones cada 20 minutos. Un C-17 que aterrizaba por la tarde lanzó bengalas al aproximarse al aeropuerto, una maniobra defensiva contra misiles que detectan el calor y un indicio de que el Ejército estadounidense sigue preocupado por que haya misiles tierra-aire descontrolados en el país.
La Casa Blanca dijo este lunes que en las 24 horas previas, el Ejército estadounidense completó unas mil 200 evacuaciones en 26 aviones C-17, mientras que dos vuelos de la coalición habían llevado a otras 50 personas. Desde finales de julio, las fuerzas estadounidenses han sacado del país a unas 122 mil 300 personas, según la Casa Blanca.