El año pasado, la vida del actor Juan Pablo Medina se vio amenazada por temas de salud, por lo que tuvo que tomar la decisión de amputar una de sus piernas.
El 15 de julio del año pasado el actor Juan Pablo Medina estaba en llamado de grabación y comenzó a sentirse muy mal, tanto que pidió irse al hospital.
Él casi no recuerda nada, solo que despertó en una cama lleno de cables y aparatos, lleno de dolor.
“Yo tenía un dolor en el abdomen fuertísimo, decidieron hacerme una tomografía y allí vieron que tenía en el intestino…coágulos, vieron todo el cuerpo y vieron que, en el intestino, en la arteria mesentérica y en las piernas (tenía coágulos)”, relató.
Los médicos hicieron todo lo posible. Juan Pablo estaba pasando por un dolor inimaginable y pasó por un infarto silencioso. “Yo tengo un coágulo en el corazón y eso hizo que se aventaran coágulos por toda la arteria”.
Los sentimientos eran muchos, especialmente enojo. Pero estaba en peligro y tenía que poner todo de su parte para salvarse, su novia Paulina se lo hizo ver, así como sus padres. Aunque hicieron todo lo posible por salvarlo, el médico le dijo que lo único que podía ofrecerle era seguir con vida, y para ello había que amputar.
“Es muy cabrón estar en ese momento y tomar este tipo de decisiones. Hay diferentes tipos de amputaciones y entre más arriba se vuelve más complicada la recuperación, y para ese entonces también el dolor, tienes que tomar decisiones, yo decidí vivir, tenía más miedo de no despertar a despertar sin una pierna”, relató.
Allí comenzó una nueva vida, una vida para la que el actor tuvo una herramienta que lo ayudó y que dice, lo ayudará toda la vida: la terapia. Un psiquiatra llegó a su habitación para hablar desde antes del procedimiento.
“Soy tal y soy médico psiquiatra, ya sé que tomaste esta decisión, platícame qué sientes”, le dijo, y eso significó toda la diferencia en su proceso.
“Terapias antes nunca tomé y ahora no voy a dejar la terapia por nada”, aseguró el actor en esa entrevista.
Ahora, Juan Pablo tiene una prótesis que dice, le permite llevar una vida normal, obviamente se trata de un proceso de adaptación, pero él cuenta con todas las herramientas necesarias. Se puso en contacto con una empresa alemana llamada Otto Bock, con la que adquirió la prótesis Genium X3.
“Cuando nosotros hablamos con ellos desde el día uno han estado presentes en toda mi recuperación. La prótesis que yo tengo en este momento, que es la Genium x3, es la mejor que hay, es mecatrónica, ya fui hasta jugar tenis, es algo que es difícil de explicar, pero voy a poder tener una vida normal y eso es todo”.