Después de verse afectada por el veredicto del juicio que enfrentó contra su exesposo, Johnny Depp, Amber Heard sigue involucrada en problemas con la justicia; en esta ocasión, el político australiano Barnaby Joyce pide encarcelar a la actriz de Aquaman si se descubre que cometió perjurio -jurar en falso- por un caso ocurrido en 2015.
Durante un viaje en 2015 a Queensland, Australia, Heard llevó sus dos perritos llamados Pistol y Boo -ambos de raza Yorkshire Terrier- sin haber realizado ningún trámite en aduana para que les permitieran la entrada, a pesar de que el país de Oceanía tiene una estricta política de cuarentena, pues antes de permitirles la libre entrada debían estar 10 días en observación.
Por lo anterior, Heard fue acusada de importación ilegal de animales dos veces -una por cada canino-, aunque después de declararse culpable de falsificación de documentos durante aquel viaje ante los tribunales, el caso fue cerrado.
De hecho, Joyece, quien en aquel entonces era ministro de agricultura, insistió en sacrificar a los perros si no se les enviaba de regreso a Estados Unidos, aunque esto no ocurrió.
Tras darse a conocer que el Departamento de Agricultura, Agua y Medio Ambiente de Australia “Está investigando las denuncias de perjurio de la señora Heard durante los procedimientos judiciales realizados en 2015 por la importación ilegal de sus dos perros a Australia”, situación que mantiene el caso ‘en curso’, Joyce ha sido contundente con su intención de castigar a la actriz de 36 años.
“Cuando entraron esos perros -a Australia- había muchos documentos firmados que decían que no había animales allí -con Amber-. Y ahora parece que la señora Heard supuestamente no ha dicho la verdad”, expresó este jueves en una entrevista, de acuerdo con el DailyMail.
El perjurio conlleva una pena máxima de cárcel de 14 años en Australia, sin embargo, se descarta que la actriz de Diario de un seductor sea extraditada a Australia, aunque sí podría ser arrestada si intenta regresar allí.
Cuando se le preguntó qué le sucedería a Heard si fuera declarada culpable de perjurio, Joyce respondió: “Depende de los estadounidenses”.
Más tarde, el político bromeó con que cuidaría a las mascotas de Amber si estuviera encarcelada en Australia: “Envíalos aquí […] A ver si podemos derribar algunos viejos ‘roces’ […] Yo me encargaré de eso, mi tocayo Barnaby, estará a salvo conmigo”, expresó.
