El presidente Andrés Manuel López Obrador llamó “a una tregua” de al menos cinco años que cese la confrontación bélica y las guerras comerciales, a fin de enfrentar la crisis que afecta a todos los pueblos del mundo.
El mandatario dirigió su propuesta a potencias como Estados Unidos, China y Rusia, y remarcó que correspondería a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) gestionar este compromiso de tregua.
Interrogado en la mañanera de este jueves sobre las tensiones que se exacerbaron a raíz de la visita a Taiwán de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, hecho tomado como confrontación por China, y si México cuenta con un plan para responder ante cualquier posible conflicto, López Obrador remarcó su posición de no llegar a las guerras y evitar las confrontaciones bélicas, y dirimir los conflictos a través del diálogo.
“Está el mundo como para acordar entre todos los pueblos, las naciones, una tregua de cuando menos cinco años para poder enfrentar la crisis que afecta a los pueblos, una tregua que cese la guerra, la confrontación, las provocaciones, que las cosas queden como están, que se detengan los enfrentamientos, en especial la guerra de Rusia y Ucrania.
“Esto lo podría hacer la ONU, que se haga una revisión, pero que todos hagamos el compromiso de no aportar a la confrontación, a las guerras, desde luego a la guerra bélica; pero también no apostar a la guerra comercial. Porque esto nos afecta a todos”, respondió el mandatario.
Agregó que el mundo se encuentra en crisis global primero a causa de la pandemia de Covid-19 y después por la invasión de Rusia a Ucrania y ahora por las tensiones en Taiwán.
“Tenemos problemas todos por falta de crecimiento de las economías, cada vez hay más pobreza, hay una inflación mundial. ¿Qué tenemos qué hacer? Impulsar las actividades productivas, crear empleos, atender a los pobres y buscar la cooperación de naciones y de pueblos para el desarrollo, no a las provocaciones, no a la guerra no queremos hegemonías en el mundo. No es mucho pedirle a Estados Unidos, a Rusia, a China, que acepten esta propuesta y se podría plantear en la ONU. Ningún gobierno del mundo puede y debe actuar de manera irresponsable”.
El titular del Ejecutivo federal subrayó que no se trata de maniqueísmos, ni de calificar en ejes de buenos y malos; sino que lo importante es tomar en cuenta la necesidad de los ciudadanos del mundo. “Poner por encima de los intereses de gobiernos y de grupos de poder económico el interés general, el interés de los pueblos”.
Si bien alcanzar esa tregua “parece utópico”, López Obrador confió en la decisión de los líderes del mundo para conseguir ese objetivo, o de lo contrario las consecuencias globales serán duras, en lo económico, pero también en materia de derechos humanos.
“Imagínense si hay represalias en Asia y se obstaculiza el comercio, se desata una especie de guerra comercial. ¿Cómo vamos a enfrentar eso? A todos nos perjudica. No es cierto de que somos independientes y que no se requiere del comercio internacional, ya es un mundo globalizado en lo económico, lo comercial, lo estamos viendo en Europa con el conflicto de Rusia y Ucrania, lo que están sufriendo con los precios de los energéticos, lo que está pasando con el incremento del transporte marítimo, lo que sucede con las faltas de chips, de fertilizantes, de alimentos”.
Los afectados, aseveró el presidente mexicano, son los habitantes del mundo y no los políticos, líderes, presidentes, congresistas de las potencias.
“La gente que tiene que comprar las tortillas y que las tiene que comprar más caras o el pan, o tiene que pagar más por la luz y que necesita el aire frío o el calentador ¿cómo le van a hacer en el invierno?¿Cuánta gente va a sufrir para resistir fríos? ¿Por qué ese sufrimiento? Entonces, que haya paz y que podamos atender lo urgente, esa es mi propuesta”.
López Obrador remarcó además que se trata de un asunto de derechos humanos, pues en este tipo de conflictos mucha gente pierde la vida y es desplazada –tanto por la guerra como por las consecuencias económicas y sociales derivadas de ésta.
“No es para frivolidades, así como tampoco es para jugar el ajedrez de la política en las cúpulas del poder mundial. Es algo que tiene que ver con la sobrevivencia, la vida misma de miles, de millones de seres humanos. Eso es lo que se tiene que plantear”.