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Dos marchas en la localidad costera italiana en el Adriático tuvieron lugar este sábado para exigir justicia por el brutal asesinato a plena luz del día de un nigeriano a manos de un desconocido italiano, pero estaban divididas por una sola palabra: Racismo.
Una marcha de nigerianos que viven en la provincia Macerata de Italia fue encabezada por la viuda y dos hermanos de la víctima, Alika Ogorchukwu. Los organizadores de la marcha dijeron que no querían que la búsqueda de justicia fuera empañada por las acusaciones de racismo que a su consideración no se pueden demostrar.
La segunda marcha, por el mismo trayecto una hora después, la realizaron italianos negros procedentes de todas partes del país que exigían a las autoridades modificar su decisión inicial y reconocer el elemento racial en el asesinato perpetrado el 29 de julio.
“Que no se mencione el racismo no nos ayudará a entender cómo derrotarlo. Porque el racismo existe en Italia”, dijo Selam Tesfaye, un activista defensor de los inmigrantes que radica en Milán, a la segunda multitud de unas cien personas. “Si alguien en Civitanova quiere explicar por qué esto no es racismo, aquí estamos”.
En un video que ha circulado ampliamente se ve a un italiano que forcejea con Ogorchukwu, lo tira al suelo y lo estrangula. Alcanza a escucharse la voz de otro hombre que pide a gritos al agresor que se detenga, sin que ningún transeúnte intervenga y cuya aparente indiferencia avivó la indignación pública.
La policía arrestó a un sospechoso italiano, Filippo Ferlazzo, de 32 años, pero descartó de inmediato que el racismo hubiera sido la causa de la agresión. Los fiscales ratificaron esa postura sin que incluyeran el racismo en su lista de acusaciones, según Roberta Bizzarri, abogada de Ferlazzo.
De acuerdo con la policía, Ferlazzo golpeó primero al vendedor callejero Ogorchukwu con una muleta que éste utilizaba tras perseguirlo unos 200 metros por una calle de lujosas boutiques.