Plácido Domingo regresó a México, luego de más de diez años de ausencia en el país, para ofrecer un concierto en la Arena Ciudad de México, donde estuvo acompañado de dos cantantes mexicanos: la soprano Eugenia Garza y el tenor Arturo Chacón.
Pese a haber enfrentado escándalos por acoso sexual, logró llenar el recinto a poco más de la mitad de su capacidad, reuniendo incluso a varias mujeres en la audiencia. La velada comenzó con un número musical titulado “El baile de las horas”, a cargo de la Orquesta Filarmónica del Desierto, dirigida por Natanael Espinoza.
Acto seguido se dio paso al barítono español, quien saludó al público con el tema “Nemico della patria”, y su invitada entonó “Ebben, ne andró lontana”. El turno de Arturo llegó, y se le unió a Domingo para “Pescadores de perlas”.
La única interacción que el cantante tuvo con el público se dio al finalizar este último número, simplemente para presentar al Maestro Espinoza, quien entró para dirigir “Nabucco”, de Guisepe Verdi.
Después de un intermedio de poco más de 15 minutos, se interpretaron temas como “Luche la fe por el triunfo”, “d’España vengo”, “Bella enamorada” y “Feliz morada”.
Para el gran cierre, los tres se unieron para el tema “Quizás”. Enseguida sonó “Solamente una vez”, en voz de Eugenia y Domingo, y nuevamente se sumó Arturo para cantar “Amor eterno”, el cual fue recibido con gritos de emoción. “Se puede cantar, si gustan”, dijo el tenor.
Plácido estuvo a cargo de cerrar la presentación, cantando “No puede ser”, y al finalizar fue despedido con una ovación de pie.