Tigres y Rayadas se dieron con todo en la edición 28 del Clásico Nacional Femenil, empataron 2-2 y repartieron unidades en el Universitario. En plena recta final, ambos equipos mostraron su mejor rostro de cara a la Liguilla.
La igualdad fue un reflejo de lo que la cancha atestiguó, porque si Mia Fishel marcó su tanto 15 en Liga, fue mostrando una de sus virtudes, el físico y la calidad técnica. Control orientado que dejó pagando a Mariana Cadena y que definió con un tiro raso. Después, llegó un poema de las visitantes.
Rayadas juntó pases: Diana García lanzó al espacio a su homónima Diana Evangelista y, fiel a su costumbre, apareció en la lista de goleadoras con una vaselina que techó a Cecilia Santiago. Esos momentos de los que tanto habló Eva Espejo aparecieron, puesto que antes del tanto, las auriazules tocaron el balón a placer, hicieron bascular en múltiples ocasiones a las albiazules y a la postre, asfixiaron en cada posesión.
Y si su planteamiento inicial había dejado a su equipo partirse varias veces, Espejo agitó el árbol: ingresó a Daniela Solís y Alejandra Lua para tratar de mantener a raya a Ovalle. La goleadora Mexicoestadounidense volvió a hacerse presente en el Clásico con un cabezazo en el área chica, con complicidad de Santiago. Con esto, la visita se adueñó de las acciones, tomando con Diana García y Yamile Franco el dominio del balón y superando a Tigres con facilidad, obteniendo mayor volumen de juego.
Sin embargo, un choque de esta naturaleza solo se pudo romper con un torpedo de la propia Ovalle, quien aprovechó un pase al espacio y, con un zapatazo de zurda, venció a Alejandría Godínez y colocar cifras definitivas al encuentro.
Con esto, la guerra se terminó en un apretón de mano entre ambas escuadras, esas que hicieron vibrar al aficionado con sus virtudes. Rayadas se quedó con el segundo puesto con 36 puntos, mientras que las de Moscato se quedaron en tercero con 35, lejos del líder Chivas (39).
