Europa Press
Los servicios de seguridad de Rusia han detenido a ocho personas, entre ellas cinco de nacionalidad rusa, por su presunta relación con el ataque perpetrado el sábado sobre el puente de Kerch, del que Moscú ha culpado a la Inteligencia militar ucrania.
Según el Servicio Federal de Seguridad (FSB), todos los detenidos, entre los que también hay ciudadanos de Ucrania y Armenia, participaron de alguna manera en la preparación de una acción que destruyó parcialmente el puente que conecta Crimea con la Federación Rusa. En total, ha identificado a doce cómplices.
Los investigadores rusos han atribuido el ataque –“terrorista” a ojos de Moscú– a un artefacto explosivo oculto que inicialmente se envió desde el puerto de Odesa, en Ucrania, hacia el de Ruse, en Bulgaria. El rastro de la carga seguiría por Georgia y Armenia.
La última fase, la de la entrada en Crimea del artefacto, habría sido posible gracias a la falsificación de documentos perpetrada por cinco rusos y un ucraniano que crearon una firma fantasma responsable de recibir la mercancía, según la versión oficial recogida por la agencia Interfax.
Finalmente, se produjo el 8 de octubre una potente explosión que destruyó parte de una infraestructura especialmente simbólica para Rusia, en la medida en que se trata de su conexión terrestre con una península que reivindica como propia desde el año 2014, a raíz de una anexión que Ucrania siempre ha impugnado.