Francia acabó con la sorpresa del Mundial, Marruecos, que volvió a sudar sangre, pero esta vez Goliat aplacó la revolución de David en la tienda nómada de Al Bayt con goles de dos reemplazos de bajas galas: Hernández casi al sonar el despertador y el debutante Kolo Muani. Estupendo cara a cara dirigido por el árbitro mexicano César Ramos, de polémica actuación en el segundo tiempo.
Les Bleus encontraron en las ausencias un rincón para ganar fortaleza: siete bajas acumularon en la aventura de Qatar 2022; dos para jugar la Semifinal: Rabiot y Upamecano, reemplazados por Fofana y Konaté. Deschamps es un mago para lograr que no falte el futbol champán. Contrataste en Marruecos: Saiss pidió su cambio apenas al 20’; el capitán había salido en camilla ante Portugal y hoy no estaba, pero le ganó el corazón. Para dimensionar la diferencia entre ambos planteles.
Esta Francia es mucha Francia: la zaga marroquí falló por primera vez al cortar el pase filtrado a Griezmann para centrar a Mbappe, quien con dos remates exigió a la revuelta zaga, el segundo entregó balón de bote alto a Theo ingresado por izquierda. Y el Cirque du Soleil: Hernández midió la parábola y se convirtió en acróbata al elevar la zurda e impactar hacia abajo, para superar a Bounou que salió estirado de cuatro extremidades, pero imposibilitado en el gol galo al 4’. Apenas cuatro minutos y el campeón domó al León.
Los africanos mostraron cara oculta, una respuesta sorprendente, con búsqueda ofensiva. Ounahi hizo que Lloris se luciera en tiro lejano a la base del poste. Controlaron más, pero a los europeos les bastaron menos jugadas. Mucha circulación marroquí por el centro, las ganas de empatar abrieron espacios: Giroud mandó un tiro al vertical, Mbappé encontró en carrera el mano a mano, pero el balón le quedó atrás, y Griezmann encontró un par de filtraciones más sin anotación. Los Leones acabaron el primer tiempo con otra prueba de su fantástica resiliencia: chilena espectacular El Yamiq, que entre el poste y Lloris desviaron de nuevo. Sensacional partido.
Les Bleus regresaron para comerse el campo, era obligatorio apagar la sublevación. Marruecos tenía tanque para seguir buscando, pero Mbappé encontró mucho campo, el partido se hizo salvaje, con llegadas de ambos costados y a Ramos le costó mantener el control, no sacó tarjetas y se metió en problemas al no marcar penalti en una barrida de Amrabat sobre Kyllian.
Se desbordó la selección africana. El empate amenazaba. La zaga gala se revolvió con un genial Konaté y el puntual Lloris. Deschamps sacó a Giroud por Thuram, para que el ahora solitario tridente en ofensiva resolviera con un chispazo. Y funcionó. Mbappé recibió en el área, regateó y se internó como en una selva, mandó remate a segundo poste que resultó desviado por la defensa hacia la posición de Kolo Muami, reemplazante de Nkuku para Qatar, que en su primer toque en Mundial mandó al fondo. Era merecido también el gol árabe, pero increíblemente no cayó. Dos a cero categórico, para que el Campeón defienda el domingo en el Lusail la corona ante Argentina. Gracias, Marruecos, por esta tremenda historia.