Luego de un fin de año turbulento, en el que la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas puso en la cuerda floja la realización de los premios Ariel 2023, esta mañana lanzó la convocatoria para dicho galardón que reconoce a lo mejor del cine nacional.
Por medio de un comunicado la AMACC (por sus siglas) agradeció el donativo de EFD, compañía prestadora de servicios, así como de los donativos dados por los miembros académicos, pero eso no soluciona la situación por la que está pasando.
“Sin embargo, es un hecho que la situación de nuestra Academia es incierta y esto no soluciona los demás aspectos asociados con la ceremonia de entrega del premio, ni el trabajo diario a favor de cine mexicano que realiza la AMACC”, se expresa en el documento.
“Confiamos en la solidaridad y el compromiso continuos que la comunidad cinematográfica en general ha mostrado con esta Academia y en que se sume a las medidas que se están tomando para permitir que tanto el visionado de películas, así como la entrega de los premios y demás actividades, puedan suceder en tiempo y forma”, se lee.
La convocatoria que abrió hoy cierra el próximo día 31, pone como requisito que las películas hayan sido entrenadas entre el 1 de enero y 31 de diciembre de 2022.
En noviembre pasado, ante la falta de recursos económicos, la Academia anunció la suspensión de toda actividad relacionada con el Ariel.
Días después tanto la Secretaría de Cultura federal como el Imcine, le comunicaron a los académicos que sólo otorgarían el dinero para el pago de las estatuillas que se dan a los ganadores.
La ceremonia realizada en octubre fue la sexta edición consecutiva en que los dineros es el talón de Aquiles.
Lejos quedaron los 10 millones que llegó a tener en 2016 y con los cuales no sólo se efectuaba la premiación, sino también diversas labores de rescate y docencia, además de sueldos para sus empleados y renta de su sede, entonces ubicada en un edificio frente a la Alberca Olímpica.
Hasta 2018 la Academia recibía un presupuesto desde la Cámara de Diputados a través de Cultura y de ahí a Imcine.
“El Estado, que fuera motor y sostén de la Academia durante un largo tiempo, ha renunciado a su responsabilidad como principal promotor y difusor de la cultura en general y del cine en particular, cambiaron las prioridades y pareciera que la cultura junto al séptimo arte ya no lo son prioridad”, subrayó Leticia Huijara, presidenta de la AMACC en esa ocasión.
Tras el aviso, Guillermo del Toro, director de El laberinto del fauno y La forma del agua, indicó que las faltas de apoyo estaban afectando al cine mexicano y que él estaba dispuesto a asumir los gastos para la ceremonia.
María Novaro, directora del Imcine, señaló que la Academia por ser asociación civil, podía buscar caminos que le parecieran necesarios para realizar la entrega.
“Las estatuillas siempre han sido pagadas por la Secretaría; para el evento de la ceremonia siempre se ha contado con la posibilidad de tener sedes (como el Palacio de Bellas Artes y Cineteca Nacional), nunca se ha dejado de contar con el apoyo del Estado. Ahora se pidió que se enumeren sus necesidades”, recalcó Novaro en conferencia de prensa.
