El criminal de guerra Slobodan Praljak bebió agua envenenada durante el juicio que se le sigue en el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia, en La Haya, tras conocer que los jueces le iban a confirmar su pena carcelaria.
Praljak estaba preso desde el 2013, cuando le dictaron sentencia de 20 años por crímenes de guerra perpetrados contra musulmanes bosnios. Por tal motivo, apeló la sentencia y en estos días se encontraba en juicio, pero al saber que su apelación sería rechazada, tomó la decisión de beber el líquido.
Tras dejar el agua en el escritorio, su abogada informó a la concurrencia en la sala que el agua era mortal. De inmediato, el público reaccionó y se conmocionó, por lo que las audiencias fueron suspendidas. Horas después, la televisión croata informó que el criminal de guerra había muerto.
Praljak formó parte del grupo militar que proclamó la denominada República Croata de Herzeg-Bosnia, mediante una “limpieza étnica” que implicó un genocidio entre 1993 y 1995. A este ex militar se le acusa de haber ordenado la destrucción de un puente histórico en la ciudad de Mostar.
También participó en campos de internamiento para civiles, donde ancianos, mujeres y niños musulmanes eran dejados durante días sin alimentos, agua, atención médica ni otros cuidados básicos.