EFE
En Tel Aviv, Israel, cientos de personas salieron a las calles para pedir un alto al fuego en la Franja de Gaza, donde han muerto más de 7 mil palestinos en bombardeos israelíes. La población israelí pide a su Gobierno que pare los ataques para avanzar en una negociación que permita la liberación de rehenes tomados por Hamás en su incursión del 7 de octubre.
Cientos de familiares se manifestaron en Tel Aviv este sábado temprano, expresando temores de que los líderes militares estén siendo arrogantes con las vidas de los rehenes. “Las familias sienten que se han quedado atrás y que nadie se preocupa realmente por ellas”, dijo Miki Haimovitz, un exlegislador.
El ejército israelí dice que militantes de Hamás secuestraron a más de 200 personas el 7 de octubre y las llevaron a una red de túneles dentro de la densamente poblada Franja de Gaza. En la noche del viernes al sábado, aviones de guerra israelíes bombardearon el norte de Gaza en busca de túneles y búnkeres subterráneos de Hamás en docenas de ataques, lo que aumentó la preocupación de los familiares de los rehenes sobre el destino de sus seres queridos.
La oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha dicho a los representantes de las familias de los rehenes que Israel agotará todas las posibilidades para traerlos a casa.
Netanyahu y su esposa Sara dijeron a las familias en Tel Aviv que liberar a los secuestrados es uno de los objetivos de la guerra y que cuanto mayor sea la presión, mayores serán las posibilidades de traerlos a casa.
Pero a las familias de los rehenes les preocupan los incesantes bombardeos sobre Gaza.
Desde Jerusalén, parientes de las personas tomadas por Hamás han pedido una reunión “de inmediato” con el Gobierno de Netanyahu, luego de que durante la noche del viernes al sábado se ampliaran las incursiones terrestres del Ejército israelí en Gaza.
Agrupados bajo el llamado “Foro de las familias de los rehenes y desaparecidos”, publicaron un comunicado en el que afirmaron que la pasada noche “fue la peor de todas”, después de que las Fuerzas de Defensa de Israel anunciaran la ampliación de sus incursiones terrestres en el enclave palestino, bajo control de Hamás.
Expresaron su “ansiedad, frustración y especialmente un tremendo enfado” por el hecho de que nadie del Gobierno de Emergencia “se haya molestado” en reunirse con los familiares de los secuestrados para explicarles lo único que quieren saber: “Si la operación terrestre pone en peligro la seguridad de los 229 rehenes en Gaza”.
Hasta el momento, Hamás ya ha puesto en libertad a 4 rehenes: la madre e hija Judith y Natalie Raanan, con nacionalidad estadounidense y liberadas hace poco más de una semana, y las ancianas israelíes Yochved Lifshitz y Nurit Cooper, soltadas el lunes pasado.
Esta semana, el portavoz de las Brigadas Al Qasam, brazo armado de Hamás, Abu Obeida, anunció la muerte de unos 50 rehenes por los bombardeos de Israel sobre la Franja de Gaza; algo sobre lo que el Ejército israelí no se ha querido pronunciar.