Internacional

Fundador de FTX culpable de fraude

EFE

El fundador de FTX, Sam Bankman-Fried, fue declarado culpable este jueves por un jurado de Nueva York de los siete delitos de fraude y blanqueo de dinero que se le imputaban.

El jurado de 12 miembros (nueve mujeres y tres hombres) entregó su veredicto a última hora de la tarde, después de un juicio que ha durado casi un mes y en el que la Fiscalía federal de Estados Unidos pintó al acusado, de 31 años, como un defraudador que robó dinero a miles de víctimas.

El acusado se sentó como testigo durante los últimos tres días de las vistas, y aprovechó para desmarcarse de las malas decisiones en FTX y su empresa hermana, Alameda Research; señalar a sus antiguos aliados, que cooperan con la Fiscalía, y reiterar que no tenía malas intenciones, pero reconoció que no estuvo a la altura y falló en la gestión del riesgo.

La fiscal adjunta Danielle Sassoon sometió a un duro interrogatorio a Bankman-Fried, señaló contradicciones entre sus declaraciones privadas y públicas y obtuvo su confesión, por ejemplo, de que FTX daba una cuantiosa línea de crédito privilegiada a Alameda, que usó los fondos de los clientes para “jugar”, como afirmó en los argumentos de cierre.

La historia de Bankman-Fried, que parece guionada en Hollywood, es la del ascenso meteórico de un empresario carismático que parecía dispuesto a ayudar a las criptomonedas a ganar respeto y estabilidad pero se hizo trizas en pleno vuelo.

A fines de 2022 todavía llevaba una despreocupada vida en un lujoso chalet de las Bahamas, rodeado de varios amigos tan jóvenes y ricos como él, pero ocho meses más tarde se presentaba ante el juez y se quejaba de que en la cárcel donde esperaba el juicio no le daban comida vegana ni las medicinas con las que trata su trastorno de hiperactividad.

La transición a la dura realidad de un penal neoyorquino no fue sin embargo inmediata: tras ser extraditado de las Bahamas, un juez le concedió la libertad condicional mientras esperaba el juicio, a cambio de una inusitada fianza de 250 millones de dólares.

Desde la casa de sus padres en California, Bankman-Fried se dedicó a entrar en polémicas digitales e incluso insultar a sus ya examigos de FTX, hasta tal punto que el juez le prohibió volver a entrar en contacto con cualquier empleado de la compañía y de utilizar la red Signal; meses después, y tras constatar que utilizaba una VPN para eludir la prohibición, ordenó revocar la fianza y lo mandó a la cárcel.

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