Una avanzada de funcionarios de Estados Unidos se encontró este martes con personal de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) para preparar la reunión de alto nivel que sostendrá el presidente Andrés Manuel López Obrador con varios secretarios de Estado del país.
“La visita de la delegación de alto nivel, por invitación del presidente López Obrador, representa una oportunidad para reafirmar la cooperación bilateral en materia de movilidad humana, particularmente para la gestión regular de flujos migratorios, así como para la expansión de vías legales para la migración”, detalló la Cancillería en una publicación de su cuenta en X (antes Twitter).
La delegación estadounidense estará compuesta por los secretarios de Estado, Antony Blinken; de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y la asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Liz Sherwood-Randall.
“La respuesta positiva del presidente Biden para que la delegación estadounidense acuda a la invitación de México es muestra del diálogo continuo y respetuoso que sostienen ambos países”, señaló la SRE.
El encuentro tendrá lugar este 27 de diciembre, y se da luego de que el presidente López Obrador y su homólogo estadounidense tuvieran una conversación telefónica el jueves pasado para tratar el tema migratorio.
“Tengo una llamada precisamente con el presidente Biden a las 9:00, yo creo que vamos a hablar de migración. Él pidió hablar conmigo y me va a dar mucho gusto saludarlo y que conversemos”, dijo entonces López Obrador.
Un día más tarde, el presidente detalló que Biden le dijo que debía reforzar la contención del flujo migratorio en la frontera sur de México para evitar que sigan llegando migrantes a Estados Unidos.
La reunión de alto nivel está enmarcada entre las recientes medidas que autoridades estadounidenses han tomado para frenar los cruces irregulares de migrantes desde México.
Entre las más importantes se encuentran los cierres de pasos fronterizos, tanto vehículares como para trenes, que han impactado en la actividad económica de la frontera, al paralizar el cruce de mercancía.
A esto se suman las leyes antimigrantes aprobadas en estados gobernados por republicanos, como Texas, argumentando que la migración irregular pone en riesgo su territorio.