EFE
El Gobierno de Javier Milei enfrenta este jueves el paro por 24 horas convocado por la Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad Argentina (Fatsa) para reclamar mejoras salariales en un elevado contexto inflacionario, que afecta fundamentalmente a clínicas, sanatorios y hospitales privados de Argentina.
Fatsa convocó al paro en busca de una “recomposición de los salarios”, ya que requieren una actualización salarial por 2023 -que terminó con una inflación anual de 211.4 por ciento- y recuerda que los índices de inflación de enero -20.6 por ciento- “pulverizaron definitivamente el poder de compra de los salarios de toda la actividad”.
Los paros y movilizaciones de distintos gremios y sectores han sido una constante desde que asumió Javier Milei, el 10 de diciembre pasado.
Este paro en el sector de Sanidad se produce al día siguiente de la huelga de 24 horas de los conductores de trenes, también en busca de mejoras salariales, que dejó sin ese transporte a más de un millón de personas, según el Gobierno. Y el 24 de enero pasado, la Confederación General del Trabajo (CGT), la principal central sindical del país y que se define como peronista, convocó a un paro general, y debate en estos días si avanzar con otra huelga.
Para el Gobierno de Milei, “la naturaleza de todos estos paros es evidente”, según definió este jueves el ministro del Interior, Guillermo Francos, a la radio Rivadavia, al llamar “la atención” que estas protestas no pasaron en los cuatro años del gobierno de Alberto Fernández (2019-2023).
“Lo que reflejan estos paros es que hay una protesta”, que cuestiona la situación económica compleja que estamos viviendo todos los argentinos”, dijo Francos, que es “producto de una economía desquiciada” que el Gobierno de Milei recuerda que heredó de la gestión anterior.
El secretario general de Fatsa, Héctor Dáer, es también secretario general de la CGT, un sector al que el Ejecutivo de Milei ha apuntado estos días desregulando las obras sociales para los usuarios, luego de además proponer una reforma laboral.
El sindicato del sector de la Sanidad dice que “reconoce la crisis de financiamiento” del sector, pero que no está dispuesto a tolerar que las empresas “se financien con los bajos salarios de los trabajadores”.