Tal y como Don Pedro le enseñó, Lupillo Rivera puso a trabajar a sus dos pequeños hijos en la calle como parte de una lección para que los menores conocieran el valor de ganarse el dinero.
Tras una conversación entre los tres, los menores aceptaron el reto del “Toro del Corrido” y salieron con varias bolsas de mandarinas consechadas en su rancho en Califrnia a vender en el estacionamiento de una gasolinera.
Mediante un Facebook Live que realizó, Rivera explicó un poco de sus inicios, cuando su padre, Pedro Rivera, le enseñó a vender en la calle.
“Quise enseñarles algo de la vida, quise enseñarles un poco de lo que viví yo”, aseguró.
“No es por necesidad raza, es porque yo creo que necesitan aprender ellos a trabajar y a ganarse la vida. Es obligación de nosotros (los padres) enseñarles a los hijos cómo ganarse la vida”, dijo Rivera.
Lupillo también comentó que no le importaban las críticas, porque es la enseñanza más grande que puedes darle a un ser humano.
