El presidente Andrés Manuel López Obrador aclaró que al referirse a las relaciones con España el miércoles propuso una pausa, pero no habló de una ruptura. Expuso que es respetuoso con el gobierno español, pero insistió que en los últimos años hubo un abuso de empresas de ese país europeo.
“Nosotros somos muy respetuosos con el gobierno español, tenemos relaciones íntimas con el pueblo de España, pero en los últimos tiempos, durante el periodo neoliberal, empresas españolas, apoyadas por el poder político, tanto de España como de México, abusaron de nuestro país y de nuestro pueblo, nos vieron como tierra de conquista, eso fue lo que dije ayer”, indicó a retomar el tema en su conferencia de prensa matutina de este jueves.
Sin pregunta de por medio, al referirse a la reunión que tuvo con el representante para el cambio climático del gobierno de Estados Unidos, John Kerry, el presidente López Obrador señaló que la postura que presentó sobre la relación con España no es por fobia, sino por respeto en el manejo político.
“Lo que dije ayer es: vamos, por el bien de nuestros pueblos, a tener una pausa, no hablé de ruptura, no. Dije: vamos a serenar la relación, que ya no se esté pensando de que se va a saquear a México impunemente, ya eso pasó, es una falta de respeto. Deberían ofrecer hasta disculpa, no lo han hecho, no importa, pero vamos a entrar a una etapa nueva despacio, y repito, no es ruptura”, expresó este jueves.
Ahora, dijo, se rasgan las vestiduras tras sus declaraciones, pero apuntó que en su momento el presidente del Consejo de Bancomer, el banco español con mayor presencia en México, “se pronunció en contra mía diciendo que yo era un populista”, ya que “se sentían los dueños del país”.
Llamó a ir despacio porque “a veces tarda el que se entienda que ya son otras condiciones. Como llevo bastante tiempo el saqueo, todo lo que fue el periodo neoliberal, 36 años, no alcanzan a internalizar de que esto ya es distinto, entonces hay que estarles avisando. Esto nos pasa con frecuencia, tenemos que estarles diciendo, ya no es el tiempo en que venían y no hacían ningún trámite… se les ponían los funcionarios públicos de tapete, ya no es así, ya no se acepta la corrupción”.
Reiteró que en cada sexenio había una empresa española favorita del gobierno en turno en México, Como ejemplo, refirió que Iberdrola fue tratada con privilegios.
Relató que en una reunión que tuvo con el presidente del Consejo de esta empresa, “él, no entendiendo de que ya son otros tiempos, me insistía y me insistía que todo lo que hacían era legal, pues sí, porque llevaron a la práctica una política basa en el influyentísimo”.
Su presencia fue tal que una secretaria de Energía pasó a ser parte de su directiva, y “el presidente Felipe Calderón, el que desapareció la compañía de Luz y fuerza y despidió a más de 40 mil trabajadores, terminó su mandato y fue a trabajar a Iberdrola, al consejo de administración, y desde luego esto significó que Iberdrola se convirtiera en una especie de monopolio en México y recibiera un trato privilegiado, entonces, nos han ofendido a los mexicanos”.
Este tipo de preferencia, detalló, cuestan a los mexicanos porque se destinaron subsidios con dinero del presupuesto público para los contratos con estas compañías, y “en vez de usarse para sacar de la pobreza al pueblo se usaba para favorecer a estas empresas”.
A la vez, llamó a analizar los recursos que obtuvo la empresa Repsol. De la empresa OHL, también española, la colocó como la favorita en el sexenio pasado.
Añadió que internacionalistas criticaron la postura y señalaron que no existe la figura de “pausa” en la política exterior, “pero como se entendió re bien, y si no, ya lo estoy explicando, no es ruptura, y no es contra el pueblo español, es nada más una protesta, respetuosa, fraterna, por los abusos y agravios en contra del pueblo de México”.
También descartó que la declaración afecte las inversiones en el país.
Además, relató que conversó con el embajador de México en Washington, Esteban Moctezuma, para abordar el tema del banco de grava que tiene una empresa estadounidense en Playa del Carmen, sobre el cual, dijo que se avanza en un acuerdo porque piden sacar el material almacenado: “dijimos sí, pero ya no van a extraer más, ya no pueden usar como bancos de material esos predios porque están en plena zona turística, a un kilómetro de las playas del Caribe”.
El gobierno federal les propuso otorgar un permiso para que, de acuerdo a la normatividad ecológica, puedan usar esa área para fines turísticos, o bien realizar un avalúo de las 4 mil hectáreas para que lo compre la administración federal, en busca de hacer parques o destinarlo a fines turísticos.