EFE
El fiscal ecuatoriano César Suárez fue asesinado a balazos, este miércoles 17 de enero, en la ciudad de Guayaquil, lo que a engrosado la abultada lista de funcionarios, agentes de prisiones y políticos cuyas vidas han sido arrebatadas, en los últimos meses, en atentados atribuidos a las bandas del crimen organizado.
Suárez, que investigaba el caso de la toma de un canal de televisión, el pasado 9 de enero, durante una oleada de atentados y acciones violentas vinculadas a estas bandas, se había hecho conocido Guayaquil, Ecuador, por sus indagatorias anticorrupción, sobre todo aquellas referentes a presuntas irregularidades en hospitales durante la pandemia por COVID-19.
Entre los casos más sonados investigaba presuntas compras y contratos irregulares por cantidades millonarias para hospitales públicos bajo sospechas de haber sido firmados con sobreprecio y de haber causado un perjuicio económico al Estado.
El fiscal también fue uno de los casos más mediáticos de la ola de violencia acontecida en diferentes ciudades de Ecuador y asumió el expediente de la toma del canal TC Televisión con el interrogatorio a los trece detenidos por ese asalto, entre os que se encontraban dos menores de edad.
Un día antes de su asesinato, Suárez había reclamado la falta de protección y resguardo, consciente de que podía estar en la mira de la organización criminal detrás de la toma de canal que, según la Policía, puede tratarse de ‘Los Tiguerones’, una de las 22 que el Gobierno de presidente Daniel Noboa a las que les ha declarado la “guerra interna” y las ha clasificado de grupos “terroristas”.
El asesinato de Suárez se dio en medio del estado de excepción por “conflicto armado interno” decretado por el Gobierno, de la misma forma que en la víspera fue asesinado un agente de prisiones en la amazónica provincia de Sucumbíos, fronteriza con Colombia.