Ante el temor de un nuevo tambaleo de Wall Street a raíz de la variante ómicron del coronavirus, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, envió un mensaje de tranquilidad a los estadounidenses y a los mercados financieros, asegurándoles que el virus es “causa de preocupación, pero no de pánico”, al tiempo que llamó a la comunidad internacional a redoblar esfuerzos para vacunar a sus poblaciones.
En un discurso a media jornada de la bolsa de valores, cuyos principales índices, el Dow Jones, Nasdaq y Standard & Poors, terminaron en territorio positivo, Biden adelantó que la Casa Blanca empezó a trabajar con Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson para desarrollar planes de contingencia para las vacunas o refuerzos.
“Instruiremos a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y a los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) a utilizar el proceso más rápido disponible para que esas vacunas sean aprobadas y lleguen al mercado si es necesario”, dijo en un mensaje a la nación, flanqueado por la vicepresidenta Kamala Harris y su principal asesor médico, el epidemiólogo Anthony Fauci.
La alocución presidencial tiene lugar en momentos en que, a pesar de las críticas internacionales y de expertos, su administración prohibió, a partir de ayer, el ingreso al país de visitantes procedentes de Sudáfrica, Botswana, Zimbawe, Namibia, Lesotho, Esuatini, Mozambique y Malawi.
Biden defendió su política y recordó que Estados Unidos ocupa un liderazgo en solidaridad internacional con respecto a la vacunación contra el COVID, al haber donado más de 275 millones de dosis de las vacunas a 110 países.
“Ahora necesitamos que el resto del mundo también dé un paso al frente. Las variantes Delta y ahora la variante ómicron surgieron en otras partes del mundo. Así que no podemos darnos por vencidos”, dijo.