16 de enero de 2025
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, firmó el lunes una ley que restringe el uso de teléfonos inteligentes en las escuelas, sumándose a una tendencia global de limitar su acceso.
La medida entrará en vigor en febrero y afectará a estudiantes de escuelas primarias y secundarias de todo el país. La normativa establece que estos dispositivos solo podrán ser utilizados en casos de emergencia o peligro, con fines educativos, o por estudiantes con discapacidades que los necesiten.
El ministro de Educación, Camilo Santana, afirmó a periodistas en Brasilia que los niños acceden a internet a edades cada vez más tempranas, lo que dificulta que los padres supervisen su uso. Según Santana, limitar los teléfonos inteligentes en las escuelas ayudará a abordar este problema. “Queremos que estos dispositivos, al igual que en muchos otros países, solo sean utilizados en clase con fines pedagógicos y bajo la guía de un maestro”, explicó.
La legislación recibió un apoyo inusual de todo el espectro político, tanto de aliados del presidente izquierdista Lula como de su opositor de extrema derecha, el expresidente Jair Bolsonaro.
Muchos padres y estudiantes también respaldaron la medida. Una encuesta publicada en octubre por la encuestadora brasileña Datafolha reveló que casi dos tercios de los encuestados apoyan prohibir el uso de teléfonos inteligentes en las escuelas para niños y adolescentes. Más del 75 % de los encuestados consideran que estos dispositivos hacen más daño que bien a sus hijos.
“(Restringir los celulares) es difícil, pero necesario. Es útil para buscar información escolar, pero su uso social no es bueno”, comentó Ricardo Martins Ramos, de 43 años, propietario de un restaurante en Río de Janeiro y padre de dos niñas. “Los niños interactuarán más.”
Isabela, su hija de 13 años, señaló que muchos de sus compañeros tienen problemas para concentrarse debido al uso de sus teléfonos. Aunque está de acuerdo con la medida, no cree que sea suficiente para mejorar el ambiente de aprendizaje para todos.
“Cuando el maestro te deja usar el celular, es porque quiere que busques información”, explicó. “Todavía hay muchas cosas que las escuelas no pueden resolver, como el acoso y el hostigamiento.”
En 2023, alrededor de dos tercios de las escuelas brasileñas ya imponían alguna restricción al uso de celulares, mientras que un 28 % los prohibían por completo, según un estudio del Comité Gestor de Internet de Brasil. Estados como Río de Janeiro, Maranhão y Goiás han aprobado leyes locales que prohíben estos dispositivos en las escuelas, aunque las autoridades han enfrentado dificultades para hacer cumplir dichas normativas.
En Sao Paulo, el estado más poblado del país, las autoridades están debatiendo si la prohibición debería aplicarse tanto en escuelas públicas como privadas.
Gabriele Alexandra Henriques Pinheiro, de 25 años, trabaja en un salón de belleza y es madre de un niño diagnosticado con trastorno del espectro autista. Ella también apoya las restricciones, pero señala que los adultos siguen siendo un mal ejemplo para los niños en cuanto al uso de teléfonos inteligentes.
“Es complicado”, comentó. “Intento limitar el tiempo que mi hijo pasa frente a pantallas, pero cada vez que tengo algo que hacer, debo usar el celular para cumplir con todo.”
Durante años, instituciones, gobiernos y padres han relacionado el uso de teléfonos inteligentes por parte de los niños con el acoso, la ideación suicida, la ansiedad y la pérdida de concentración necesaria para el aprendizaje.
China implementó el año pasado medidas para limitar el uso de teléfonos por parte de los menores, mientras que Francia prohíbe los smartphones en escuelas para niños de 6 a 15 años.
Las prohibiciones también han ganado fuerza en Estados Unidos, donde ocho estados han aprobado leyes o políticas para reducir el acceso de los estudiantes a los teléfonos en las aulas y minimizar distracciones.
En Europa, cada vez más padres están preocupados por el impacto del uso de teléfonos inteligentes en la seguridad y salud mental de sus hijos.
Un informe publicado en septiembre por la UNESCO reveló que uno de cada cuatro países ya ha restringido el uso de estos dispositivos en las escuelas.
El año pasado, durante una audiencia en el Senado de Estados Unidos, el CEO de Meta, Mark Zuckerberg, pidió disculpas a los padres cuyos hijos fueron explotados, acosados o se autolesionaron debido a las redes sociales. También destacó las inversiones de la compañía en esfuerzos “a nivel industrial” para proteger a los niños.