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Israel siguió bombardeando el martes la Franja de Gaza tras indicar que su ofensiva se intensificará y que no parará hasta “desmilitarizar” y “desradicalizar” el territorio palestino gobernado por el movimiento islamita Hamas.
En Jan Yunis, en el sur de Gaza, se veían humaredas tras los bombardeos. Según el Ministerio de Salud de Hamas, treinta cuerpos fueron trasladados en las últimas 24 horas al hospital Nasser de esa localidad.
El ejército israelí anunció haber bombardeado en las últimas horas más de un centenar de objetivos, entre ellos accesos a túneles y posiciones militares de Hamas, sobre todo en Jabaliya (norte) y Jan Yunis.
“Hamas debe ser destruido, Gaza debe ser desmilitarizada y la sociedad palestina debe ser desradicalizada. Estos son los tres requisitos para la paz entre Israel y sus vecinos palestinos en Gaza”, afirmó el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en un artículo en el Wall Street Journal.
El jefe del Estado Mayor del ejército israelí, Herzi Halevi, afirmó que la guerra “seguirá varios meses más” y que Israel buscará “preservar [sus] logros por mucho tiempo.
Netanyahu había anunciado el lunes, durante una visita a sus tropas en Gaza, que Israel se disponía a “intensificar los combates en los próximos días”.
La franja de Gaza, sometida por Israel a un asedio total desde el 9 de octubre, estaba el martes aún más aislada del resto del mundo por un nuevo corte de las telecomunicaciones fijas y de Internet, provocado por “la continuación de la agresión”, indicó la compañía palestina de telecomunicaciones.
La guerra obligó a 1,9 millones de personas, un 85% de la población de Gaza, a abandonar su hogares, según la ONU, que expresó su “profunda preocupación” por los bombardeos e instó al ejército israelí a adoptar todas las medidas posibles para proteger a los civiles palestinos.