AFP
El gobierno del primer ministro de Gran Bretaña, Boris Jonhson, esperó demasiado para imponer el confinamiento y otras medidas contra el Covid-19 al comienzo de la pandemia, lo que costó miles de vidas, señalaron ayer las comisiones de ciencia y salud de la Cámara de los Comunes en un informe. El error de salud pública fue uno de los peores del país, concluyeron los legisladores.
El informe explica cómo en un primer momento la acción contra el Covid-19 se determinó basándose en el comportamiento del virus de la gripe y desestimando las lecciones aprendidas de anteriores epidemias, como el ébola o el síndrome respiratorio agudo grave (SARS).
Esta “mala” decisión estuvo motivada por los consejos de los asesores científicos, asegura la investigación, elaborada con la participación de los diferentes partidos, incluidos los conservadores en el poder.
Con 138 mil muertos, Reino Unido es uno de los países más castigados de Europa por el Covid-19, lo que suscitó muchos interrogantes sobre el porqué.
Hasta la instauración del primer confinamiento, el 23 de marzo de 2020, el gobierno “solamente buscó moderar la velocidad de los contagios” entre la población, en vez de detener completamente la propagación del Covid-19, indicó el reporte.
Este enfoque resultó “erróneo” y provocó mayor número de muertes, aseveraron los legisladores, en cuya opinión el hecho de no realizar pruebas a los ancianos dados de alta de los hospitales antes de devolverlos a las residencias también incrementó la mortalidad.
“Las decisiones relativas al confinamiento y el distanciamiento social tomadas en las primeras semanas de la pandemia –y los consejos que las provocaron– constituyen uno de los mayores fracasos de la sanidad pública que Reino Unido jamás ha conocido”, agregaron los diputados.
Es “asombroso” que necesitaran tanto tiempo para darse cuenta de que era necesario el confinamiento completo, lamentaron los parlamentarios, y advirtieron que un modelo estadístico desarrollado por el Imperial College de Londres preveía hasta 500 mil decesos si no se contenía la epidemia.
Apoyándose en una extensa campaña de vacunación, con 78 por ciento de los mayores de 12 años actualmente inoculados, el gobierno levantó en julio la práctica de la totalidad de medidas sanitarias, incluido el uso de mascarillas en interiores y el mantenimiento de distancia física.