Organizado por la Universidad Autónoma de Nuevo León, que alberga la Cátedra Anagrama desde hace más de una década, el Premio se lanzó como parte del 50 aniversario de la editorial Anagrama.
El Premio lleva el nombre de Sergio González Rodríguez, en memoria de un autor irremplazable cuyo legado es imprescindible al hablar de crónica.
Para esta primera edición el jurado estuvo compuesto por Celso José Garza Acuña, secretario de Extensión y Cultura de la UANL; así como por Martín Caparrós, Leila Guerriero, Juan Villoro y la editora Silvia Sesé, con la colaboración de Felipe Restrepo.
Se seleccionaron 6 textos de los 63 presentados:
Golondrinas. Un barrio en Ecatepec, de Torbenillo (seudónimo), México
Los condenados del aire. El viaje a la utopía de los aeropiratas del Caribe, de Alfonso Puro Paco (seudónimo), España
Más allá del escritorio, de Hernandarias (seudónimo), Nicaragua
Sudor en la pista: baile y sobrevivencia en la ciudad, de SPA (Sindicato de Perros Anarquistas) (seudónimo), México
Una dacha en el Golfo, de J. Walkowiak (seudónimo), España
Resultó ganadora Una dacha en el Golfo, de Emilio Sánchez Mediavilla, periodista y editor cofundador de la editorial Libros del K.O. El texto es una crónica sobre Bahérein, un país del Oriente Medio muy desconocido, pero de valor estratégico por su ubicación entre Arabia Saudí e Irán.
Al respecto, Leila Guerriero mencionó: “Cuando leí el libro sin saber que era de Emilio, porque nos llegó con seudónimo, la verdad es lo que sentí es lo que siente uno ante una buena crónica. Habla sobre Bahérein, y al principio no me interesaría un cuerno, pero eso lo logró la calidad de la prosa de Emilio, la mirada sobre las cosas.
“Está muy bien escrito, tiene un ritmo narrativo; el libro tiene dos cosas que son difíciles de lograr: mucho humor, pero un humor casi involuntario. Y lo otro que me pareció interesante es una mirada del extranjero y del occidental”.
Por su parte, Juan Villoro valoró que la UANL y Anagrama unieran sus fuerzas y abrieran una ventana “arriesgada” a la crónica y destacó que lleve el nombre de uno de los periodistas más respetados de México: Sergio González Rodríguez. Asimismo, detalló que:
“El hecho que haya un premio donde la crónica pueda ser puesta en práctica y donde ahora alguien puede escribir un libro para el año que entra como proyecto de trabajo, es notable y cambia la agenda de trabajo de quienes nos dedicamos a esto.
“El libro, que ya describió Leila, nos sorprendió, primero, por la vitalidad del idioma, así como el sentido del humor; es muy difícil en un oficio que se dedica a la denuncia, y en este texto aparece continuamente sin ser forzado. El punto de vista es formidable; uno de los presupuestos de alguien que se dedica a la crónica es que escribe de algo que no conoce y no entiende; a diferencia del historiador el cronista se enfrenta a una realidad que lo sorprende, lo abruma y que hay que ir descifrando a medida que avanza. Y con Emilio conocemos Bahérein”.
El libro será presentado en la Feria Universitaria del Libro UANLeer 2020.