Las fuertes nevadas en la prefectura de Niigata, al noroeste de Tokio, dejaron hoy serios atascos y centenares de vehículos atrapados en las carreteras, lo que obligó a las Fuerzas de Autodefensa japonesas a intervenir.
Los atascos afectaron especialmente a las ciudades de Kashiwazaki y Nagaoka, donde el ejército se encontraba hoy realizando tareas para retirar la nieve y proporcionando alimentos y combustible a los coches parados, con el fin de que puedan retomar la marcha.
“Hubo varias llamadas de ambulancia debido a estos atascos por parte de personas que no se encontraban bien y ahora están siendo atendidas. También se están tomando medidas para sacar a estas personas lo antes posible, teniendo prioridad sus vidas”, dijo hoy el portavoz gubernamental, Hirokazu Matsuno, en una rueda de prensa.
Según la oficina local del Ministerio de Territorio, Infraestructuras, Transporte y Turismo, a las 5 de la mañana de este martes, los vehículos estuvieron atascados en tramos de carretera de unos 33 kilómetros.
En Kashiwazaki las retenciones llegaron a afectar a unos 800 vehículos, que a las 4 de la madrugada de hoy se había reducido hasta unos 300, según cifras recogidas por la cadena pública NHK.
En la ciudad de Ojiya, en Niigata, al menos una persona ha fallecido por el temporal, un hombre de 76 años, mientras se encontraba retirando nieve, según dicho medio.
Las nieves continúan en la prefectura y según el servicio meteorológico nipón, podrían seguir cayendo con fuerza a finales de semana, por lo que Matsuno recomendó a los ciudadanos que no salgan “si no es urgente o estrictamente necesario”.
La nevada se intensificó durante la noche del 18 al 19 de diciembre, alcanzando en menos de 24 horas cerca de dos metros de altura en varias zonas, lo que supone tres veces más que en un año normal y, aunque el pico habría pasado ya, se espera que la nieve y los atascos continúen.