A punto de que el Senado defina el destino del plan B de la reforma electoral, el presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo que en su caso los partidos de oposición tienen la alternativa de impugnar el contenido ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para que sean los ministros quienes determinen su legalidad.
En su conferencia de ayer, el jefe del Ejecutivo enfatizó que los opositores pueden alegar que la iniciativa es inconstitucional, pero como reforma legal no puede contravenir la Constitución, “que es la ley de leyes”.
El jefe del Ejecutivo consideró que las posturas conocidas entre quienes objetan los cambios se reducen a “pura politiquería”. Explicó que su propuesta original, que rechazó la Cámara de Diputados, quedó limitada porque requería una reforma constitucional. Ahora “no se puede, que era lo más importante, reducir el número de legisladores de 500 a 300, y no se puede quitar a los plurinominales y que todos los representantes sean auténticos representantes del pueblo”.
Criticó a los ex consejeros del Instituto Nacional Electoral que se han acercado al Senado para descalificar la reforma: “puras finísimas personas”.
Citó a Luis Carlos Ugalde “y otros que han participado en fraudes electorales. Ugalde fue puesto por la maestra Elba Esther Gordillo, llevó a cabo el fraude de 2006 en la elección presidencial. Imagínense lo que hizo Ugalde, contrató para contar los votos al cuñado de Calderón, que era el candidato contrario a nosotros, al que terminaron imponiendo. ¿Quién va ayer a defender la democracia, entre comillas, al Senado?… Ugalde”.
Por otro lado, el mandatario expresó su confianza en la capacidad de las llamadas corcholatas para relevarlo, aunque aseguró que el número no se limita a tres, sino que puede ampliarse.
Se le preguntó si puede crecer el número de aspirantes de Morena a sustituirlo, como Lázaro Cárdenas Batel, su coordinador de asesores y los embajadores de México ante Estados Unidos, Esteban Moctezuma y ante la Organización de las Naciones Unidas, Juan Ramón de la Fuente.
“Todos tienen oportunidad, todos. Y ellos van a decidirlo en su momento y son muy buenos (…) Tengo mucha confianza en la calidad de los que pueden sustituirme”, manifestó.
“Cualquiera de los que se están postulando, cualquiera de ellos, haría un buen papel. Es una dicha enorme tener la posibilidad de un relevo con gente profesional, con quienes ya han tenido responsabilidad. Son gente con principios, gente honesta, vinculada al pueblo, unos más, otros menos, pero todos. O sea, puede ser que en sus posturas unos estén más a la izquierda, otros menos, más al centro, sí. Pero son muy buenos para gobernar este gran país en beneficio de este noble pueblo”, enfatizó.
También exhortó a que no haya confrontaciones entre los aspirantes que provienen de su partido. “Lo que se tiene que cuidar es que no haya pleitos. Porque yo veo a Adán (Augusto López), a Marcelo (Ebrard) y a Claudia (Sheinbaum) muy amables y afectuosos entre ellos, respetuosos”.
Lejos de estar pensando en la confrontación entre las corcholatas, el mandatario llamó a la oposición a “ir resolviendo su problema” para elegir a su abanderado o abanderada con miras a 2024, pues de acuerdo al Presidente hay hasta 50 o más adversarios políticos que han manifestado su interés o han sido mencionados como posibles candidatos.
“Que no estén pensando tanto en que va a haber divisiones en las filas de la transformación. Donde van a haber problemas serios va a ser en la selección de candidatos del bloque conservador. ¿Quién va a decidir ahí, cómo le van a hacer? Sería bueno que ustedes les aconsejaran que ya empezaran a hacer propuestas, porque ya el tiempo se viene”, concluyó.