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Los residentes de localidades ribereñas de Inglaterra anegadas por lluvias que azotaron distintas partes de Europa esta semana tuvieron que abandonar sus hogares el viernes, al tiempo que las inundaciones interrumpían el servicio de trenes y las autoridades advertían que el nivel del agua podría aumentar en los próximos días.
Una poderosa tormenta con fuertes vientos inundó más de mil viviendas y negocios y dejó a varias comunidades bajo aguas marrones fangosas, señalaron las autoridades. Edificios y vehículos quedaron sumergidos cuando las calles se convirtieron en arroyos, las tierras de labranza se inundaron y los barcos se desprendieron de sus amarras.
Un alud y las inundaciones interrumpieron la circulación de trenes en varias líneas que operan desde Londres y en rutas del suroeste de Inglaterra que se extienden hasta Gales.
“Ha sido un terrible inicio del nuevo año”, dijo Ken Button mientras sacaba el agua de la tienda de muebles en que trabaja en la localidad de Newark-on-Trent. “Tendremos que ver qué es lo que podemos salvar”.
Las fuertes lluvias también dejaron otras partes de Europa bajo el agua mientras un frente frío azotaba las zonas del norte del continente.
El nivel del agua seguía siendo extremadamente alto en Holanda el viernes. Muchas llanuras aluviales de este país de baja altitud estaban inundadas y los habitantes de algunas localidades próximas al mar interior de Ijsselmeer, cerca de Ámsterdam, utilizaron sacos de arena para proteger sus hogares.
Decenas de refugiados ucranianos fueron evacuados durante la noche de un hotel cercano a la localidad de Monnickendam, al norte de Ámsterdam, después que quedara aislado por las aguas, informó la cadena local NH Nieuws.
Varias carreteras del norte y noroeste de Holanda fueron cerradas el viernes a causa de las inundaciones.
En Francia, las autoridades levantaron la alerta de inundaciones de máximo nivel cerca de la frontera belga al bajar las aguas.
Sin embargo, varios centenares de personas tuvieron que ser evacuadas y miles de viviendas resultaron dañadas en una repetición de las inundaciones que afectaron a la misma región de Francia en noviembre.
Las autoridades francesas advirtieron de que era probable que los cursos de agua siguieran siendo extremadamente altos en las próximas semanas.