Internacional

La hija de ideólogo de Putin murió en un atentado sobre Ucrania

Un atentado con bomba, que presumiblemente tenía como objetivo al filósofo Aleksandr Duguin, considerado el inspirador de la invasión a Ucrania por su influencia sobre el presidente Vladimir Putin, segó la vida de su hija, Daria, que ejercía de asistente y hasta de chofer del líder del Movimiento Euroasiático.

Daria Duguina, politóloga de 29 años y colaboradora de varios medios bajo el seudónimo de Daria Platonova, murió en el acto, en torno de las 21 horas del sábado anterior, al estallar un artefacto con 400 gramos de TNT colocado debajo del Toyota Land Cruiser de su padre, de acuerdo con la hipótesis preliminar del Comité de Instrucción de Rusia (CIR), que dio a conocer la noticia a primera hora de ayer.

Ella se encontraba al volante del vehículo, que según testigos como Andrei Krasnov, líder del movimiento Russky Gorizont (Horizonte Ruso), tras la explosión quedó envuelto en llamas en cuestión de segundos. “El coche, que iba a gran velocidad, saltó por los aires y cayó del otro lado de la carretera”, precisó Krasnov.

Los hechos ocurrieron a la altura del poblado de Bolshiye Viasemy, distrito de Odintsovo, a unos 25 kilómetros de la capital rusa, cuando Duguina regresaba sola a Moscú después de asistir al festival Tradición, que se celebra en la hacienda de Zajarovo, donde su padre dictó una conferencia. Lo contó el violinista Piotr Lunstrem, quien agregó en su cuenta de Telegram: “Duguin debía regresar en ese vehículo, pero lo hizo en otro”.

Por azares del destino, el autor de la concepción del Neoeuroasianismo, que aboga por convertir a Rusia en superpotencia que domina a sus vecinos y extiende su influencia más allá del espacio postsoviético, prefirió subir a otro automóvil para platicar por el camino con el conductor. Eso le salvó la vida, pero a cambio tuvo que presenciar la muerte de su hija.

El CIR informó que tras realizar varias pruebas forenses en la escena del crimen y examinar los restos del explosivo, sigue “varias líneas de investigación”, sin que hasta el momento nadie haya reivindicado el atentado.

La noticia conmocionó a los seguidores del llamado Russky Mir (Mundo Ruso), suma de valores políticos, religiosos y culturales que debe tener una comunidad rusa más allá de las actuales fronteras de este país, de acuerdo con el Kremlin, quienes coincidieron en lamentar la pérdida de Duguina y varían en señalar posibles responsables.

Para Denis Pushilin, líder de la autoproclamada República Popular de Donietsk, es claro que “los terroristas del régimen de Ucrania, en un intento de asesinar a Duguin, acabaron con la vida de su hija”.

Si se confirma la opinión de Pushilin, sostiene el sociólogo Roman Yuneman, querría decir que “la guerra ya está a las puertas de Moscú”.

Mykhailo Podolyak, asesor de la oficina de la presidencia ucrania, rechazó la acusación al responder en redes sociales: “Ucrania nada tiene que ver con esto, porque no somos un Estado criminal como la Federación Rusa ni somos un Estado terrorista”, y atribuyó el atentado a “la lucha por el poder de los distintos grupos políticos en Moscú”. Sugirió investigar quién pudo poner la bomba en un estacionamiento fuertemente vigilado por la policía.

El presidente del comité de asuntos internacionales de la Duma, Leonid Slutsky, calificó el “asesinato bárbaro” de Duguina de “ataque terrorista contra la ideología y los valores del Mundo Ruso”, mientras el senador Andrei Klishas habló de un “ataque enemigo” contra el “elemento espiritual de nuestra lucha”.

En cambio, el director del instituto de estudios políticos, Sergei Markov, asiduo comentarista de la televisión pública rusa, considera que el atentado podría ser obra de “los enemigos de Turquía y Azerbaiyán”, por cuanto Aleksandr Duguin defiende una posición claramente en favor de Ankara y Baku.

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