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Cientos de mineros ilegales agredieron a la policía que intentaba frenarles sus actividades en el Amazonas brasileño y después atacaron una aldea indígena, donde incendiaron viviendas, dijeron fiscales federales en el estado norteño de Pará.
Los enfrentamientos ocurrieron días después de que el Tribunal Supremo de Brasil ordenara al gobierno proteger a las poblaciones indígenas amenazadas en las últimas semanas por garimpeiros que al parecer se sienten envalentonados por el apoyo hacia su actividad de parte del presidente Jair Bolsonaro.
La fiscalía estatal dijo que los mineros intentaron obstruir el miércoles una operación de la policía federal cerrando los accesos al municipio de Jacareacanga e intentaron atacar una base policial donde se encontraba equipo pesado para esa acción.
Horas después, los mineros atacaron una aldea de la etnia munduruku e incendiaron varias viviendas, incluida una que pertenecía a una prominente detractora de la minería y activista indígena, Maria Leusa Munduruku.
El ataque se dio luego de otros enfrentamientos más al norte, en el estado de Roraima, donde mineros en embarcaciones han agredido y amenazado en forma reiterada un asentamiento ribereño yanomami conocido como Palimiu. Ahí, los mineros también se enfrentaron a autoridades federales que investigaban los incidentes.
Júnior Hekurari Yanomami, presidente de una asociación de los yanomami, dijo a The Associated Press que dos niños del grupo se ahogaron cuando huían durante una confrontación particularmente violenta ocurrida el 10 de mayo en la que también murieron tres mineros.
Los fiscales federales en Roraima no han logrado confirmar ninguna de las muertes, pero dijeron que una investigación policial estaba en marcha.
Los enfrentamientos en torno a la comunidad de Palimiu se han intensificado desde el 24 de abril, cuando yanomamis quitaron combustible y algo de equipo a mineros ilegales a los que acusaron de violar su territorio, dijeron Hekurari y fiscales estatales.