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Las autoridades talibanas envían a las mujeres afganas a prisión para protegerlas de la violencia de género, según un reporte de Naciones Unidas publicado el jueves.
Antes de que el Talibán se hiciera con el control del país en 2021, el país contaba con 23 centros de protección para mujeres patrocinados por el estado que ofrecían alojamiento a las sobrevivientes de violencia de género. Ahora no hay ninguno, según el informe de la ONU.
Funcionarios del gobierno controlado por el grupo insurgente dijeron a la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán que esos albergues no eran necesarios o que eran un concepto occidental.
El Talibán manda a las mujeres a prisión si no tienen familiares varones con los que quedarse o si éstos son considerados inseguros, de acuerdo con el reporte. Las autoridades también han pedido a los parientes varones que se comprometan o declaren bajo juramento que no harán daño a una familiar mujer, invitando a los ancianos locales a ejercer de testigos como garantía, añadió.
Las mujeres son encarceladas para su protección “igual que se ha utilizado las cárceles para acomodar a drogadictos o a personas sin hogar en Kabul”, apuntó el informe.
The Associated Press contactó con los ministerios controlados por el Talibán para saber dónde pueden pedir ayuda las víctimas de la violencia de género, qué medidas de protección existen y el índice de condenas a los agresores, pero no hubo nadie disponible para realizar comentarios.
Las mujeres y las niñas se han visto progresivamente confinadas a sus hogares desde la llegada al poder de los talibanes en agosto de 2021. No pueden estudiar más allá de la educación primaria y tienen vetada la presencia en espacios públicos como parques y en la mayoría de los empleos. Deben ir acompañadas de un hombre en los viajes de más de 72 kilómetros (45 millas), además de seguir un código de vestimenta.
En julio, un decreto Talibán ordenó el cierre de todos los salones de belleza, uno de los pocos sitios a los que podían acudir más allá de sus hogares o del entorno familiar.
Pero Afganistán lleva años siendo uno de los peores lugares del mundo para nacer mujer.
Millones de niñas estaban sin escolarizar antes del ascenso del Talibán al gobierno por motivos culturales y de otro tipo. El matrimonio infantil, la violencia y los abusos estaban ampliamente extendidos.
Los grupos de derechos advirtieron que el gobierno del Talibán permitiría la violencia contra las mujeres y las niñas y diezmaría su protección legal.
Según el reporte de la ONU, ya no quedan mujeres en la judicatura ni en las fuerzas de seguridad, no pueden ocuparse de los delitos de violencia de género y solo se les permite trabajar cuando son reclamadas por supervisores varones.