La tecnología 5G hará todo más veloz, con mayor precisión y posibilitará la aparición de nuevos servicios y productos en diversas áreas de la vida, pero demandarán de demasiado soporte en infraestructura de fibra óptica y antenas celulares que AT&T carece, de ahí que las redes 5G serán las más cableadas de la historia y demandan desde ahora inversiones notables en su despliegue.
AT&T necesita con urgencia un insumo de fibra óptica para concretar el tráfico de 5G que pronto generarán sus 21 millones de usuarios mexicanos, con su creciente consumo de datos, y lo que demanden los consumidores de otras compañías que también hacen uso de su red.
Lo necesita limpio, para uso exclusivo de AT&T y de sus clientes corporativos, y una posibilidad de conseguir ese insumo de fibra óptica se encuentra en una unidad escindida de Telmex, la compañía dominante en el segmento fijo de las telecomunicaciones en México.
Un informe de la fabricante de equipos de telecomunicaciones Ericsson advierte que en el año 2027 el 60% del tráfico móvil se originará en las redes 5G y el 40% restante vendrá del 4G-LTE. Ericsson cree que en 2027, los usuarios de tecnología 5G consumirán datos equivalentes a 41 Gigabytes por mes, desde los 11.4 gigas registrados como promedio mensual en 2021.
La casa Analysys Mason, especializada en servicios de tecnología, medios y telecomunicaciones (conocido por la sigla en inglés TMT), considera que el tráfico 5G crecerá a una tasa compuesta de 27% entre el 2021 y 2026 en América. En cinco años será más necesario un Internet móvil ultrarrápido para aplicaciones del Internet de las cosas (IoT o cosas conectadas a internet, como los automóviles autónomos) y realidad aumentada o virtual para consumo masivo e industrial. Esto, calcula Analysys Mason, será responsable de un crecimiento del tráfico.
Es por ello que AT&T está interesada en operar al menos un par de hilos de fibra óptica. Necesita gestionar de manera directa esa infraestructura, conforme sus propias estrategias comerciales y grado de inversiones, y a no estar subordinada a los parámetros de un arrendador que le indiquen cómo o cuándo iluminar la llamada “fibra oscura”.
Conseguir ese objetivo sería más viable desde la existencia de una empresa mayorista escindida de Telmex, señalan expertos de la industria consultados para este artículo.
La operación mexicana de AT&T adolece en ese criterio, pues incluso su aliada Telefónica Movistar cuenta en México con una infraestructura de fibra óptica, que además arrienda a terceros a través del Grupo de Telecomunicaciones de Alta Calidad (GTAC) que conformó con Televisa y Megacable hace una década, y al que todas esas empresas han apostado 134 millones de dólares en inversiones para volverla atractiva a terceras empresas.
“La fibra no es importante: la fibra óptica es fundamental. Las grandes capacidades que permite la red 5G no serán posibles si las antenas no están conectadas a una fibra óptica que tenga igual o mayor capacidad que el tramo aéreo. De lo contrario, se formaría un cuello de botella entre las antenas y la red de transporte”, dijo Enrique Carrier, director de la consultora Carrier y Asociados.