AFP
04 de octubre de 2024
Los países de la Unión Europea dieron este viernes su visto bueno a la adopción de elevados derechos de aduana sobre los automóviles eléctricos chinos, una iniciativa que de inmediato motivó una airada respuesta del gigante asiático.
En una esperada reunión en Bruselas, 10 países votaron a favor, 12 se abstuvieron y 5 lo hicieron en contra de esta iniciativa, que prevé aranceles adicionales provisorios de hasta un 36% a vehículos eléctricos chinos, que se añadirían a la tasa ya existente, del 10 por ciento.
El plan es imponer aranceles adicionales a los mayores fabricantes chinos:
17% a BYD
19.3% a Geely
36.3% a SAIC
Al resto de fabricantes se les impondrá una tasa adicional media de 21.3% si cooperaron con la investigación sobre subsidios, y del 36.3% en caso contrario.
Así, en determinados casos, los derechos de aduana podrían ascender a más del 46 por ciento.
En una nota oficial mencionada por el canal estatal CCTV, el ministerio chino de Comercio indicó que el país “se opone firmemente a las prácticas proteccionistas injustas, no conformes e irrazonables de la UE en este caso”.
A su vez, la Cámara de Comercio china en la UE expresó “su profunda decepción por el resultado de la votación y el descontento con la adopción por parte de la UE de medidas comerciales proteccionistas”.
Alentamos a la UE (…) a retrasar la implementación de estos aranceles y priorizar la resolución de disputas y tensiones comerciales a través de consultas y diálogo”, afirmó la entidad.
“La decisión no es constructiva y puede dañar las relaciones comerciales y económicas entre la UE y China, lesionando a las empresas europeas y los intereses de los consumidores”, abundó el fabricante chino Geely.
La Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE, había propuesto en julio imponer elevados aranceles provisionales a los fabricantes chinos, por sospechas de que esas firmas se benefician de ayudas estatales.
Francia, Italia y Polonia votaron en favor de la medida, al tiempo que Alemania y Suecia se expresaron en contra. España, que había criticado el acuerdo por el riesgo de una guerra comercial con China, optó por abstenerse.
El jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, había formulado un llamado a la UE a que “reconsidere” la iniciativa y llegó a viajar a China.
Los cinco países que votaron en contra no alcanzaron a bloquear la iniciativa.
El panorama deja la decisión final en manos de la Comisión Europea, que en un comunicado se felicitó este viernes de haber “obtenido el apoyo necesario de los Estados miembros”. La Comisión destacó que Bruselas y el gobierno de Pekín siguen dialogando para intentar encontrar una solución negociada.
Estos aranceles se tornarían definitivos en un plazo de cinco años a partir del 31 de octubre.