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La policía antinarcóticos de Perú, uno de los mayores productores de cocaína del mundo, anunció este lunes que comenzó a incinerar más de 16.3 toneladas de drogas ilegales decomisadas en los últimos cuatro meses, una cifra menor en comparación a las 20.7 toneladas de 2021.
La quema, que se prolongará hasta el 1 de mayo, incluye a 6.2 toneladas de pasta básica de cocaína, 4.6 toneladas de cocaína y 5.4 toneladas de mariguana, así como otras drogas de menor pesaje como amapola y opio.
El presidente Pedro Castillo y el ministro del Interior, Alfonso Chávarry, lideraron el proceso de destrucción de drogas arrojando las primeras bolsas de las sustancias en un horno a gas instalado en una base policial al este de Lima.
“La droga y el narcotráfico destruyen y arrebatan nuestra libertad. No se debe ceder ningún espacio al narcotráfico y a todas aquellas actividades ilícitas”, dijo a la prensa Castillo.
“Estamos firmes en no bajar los brazos frente al flagelo que destruye a niños y jóvenes, que durante años ha hecho daño permanente a la sociedad y las familias”, agregó el mandatario.
La policía realiza operaciones antidrogas en los valles cocaleros ubicados en la confluencia del río Apurímac, Ene y Mantaro, en el este del país. En esas zonas operan aún remanentes de la guerrilla de Sendero Luminoso aliada al narcotráfico, según la policía.
“La guerra del Estado contra el tráfico ilícito de drogas no tiene pausas ni descanso. El narcotráfico genera la deforestación de nuestros bosques tropicales”, manifestó el ministro del Interior Alfonso Chávarry.
De acuerdo con la ONU, Perú, Colombia y Bolivia son los mayores productores mundiales de hoja de coca y de cocaína.
Se estima que la producción peruana es de unas 400 toneladas anuales de cocaína.
En Perú más de 84 toneladas de drogas se incineraron en 2021, pese al contexto de la pandemia del coronavirus, según la policía.