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Serbia exigió formalmente este jueves el regreso de sus fuerzas de seguridad a la antigua provincia separatista de Kosovo, a pesar de las advertencias de Occidente de que es improbable que tales peticiones sean aceptadas y no hagan sino aumentar las tensiones en esa parte de los Balcanes.
El presidente serbio, Aleksandar Vucic, declaró a la televisora estatal RTS que el gobierno había pedido al comandante de las fuerzas de paz de la OTAN estacionadas en Kosovo desde 1999 —cuando la alianza expulsó a las tropas serbias de la región— que permita el regreso de hasta mil oficiales del ejército y de la policía serbios al norte del país, donde hay población serbia.
“La petición dice que un cierto número (de tropas serbias), de entre 100 y mil elementos, regresen a Kosovo”, dijo Vucic.
Añadió que, a pesar de que es “casi seguro de que no se concederá”, la petición constara en acta.
Las autoridades serbias afirman que una resolución de las Naciones Unidas que puso fin formalmente a la guerra de Kosovo permite el regreso de las tropas serbias a Kosovo. La OTAN bombardeó Serbia para detener la guerra y poner fin a la sangrienta represión de separatistas y civiles de etnia albanesa, y expulsó a las tropas serbias de Kosovo.
Los funcionarios serbios afirman que las misiones de mantenimiento de la paz dirigidas por la OTAN y la Unión Europea son incapaces de proteger a la minoría serbia del acoso de la mayoría albanokosovar en Kosovo, y que sus fuerzas de seguridad pueden hacer el trabajo.
Es improbable que se conceda el regreso de las tropas serbias porque supondría entregar de facto la seguridad de las regiones septentrionales de Kosovo, pobladas por serbios étnicos, a las fuerzas serbias, una medida que aumentaría drásticamente las tensiones en los Balcanes.
Funcionarios alemanes y estadounidenses han rechazado con vehemencia cualquier idea de retorno de las fuerzas de seguridad serbias a la región.
Las tensiones entre Serbia y Kosovo se recrudecieron la semana pasada, después de que los serbios levantaran barricadas en las principales carreteras del norte de la provincia para protestar por la detención de un expolicía serbio de Kosovo. Se produjeron disparos desde las barricadas.
Serbia elevó el nivel de presteza de sus tropas en la frontera con Kosovo y advirtió que no se quedaría de brazos cruzados si los serbios de Kosovo, que representan cerca del 10 por ciento de la población kosovar, son atacados.
Estados Unidos y otros países de Occidente han aceptado la condición de Estado de Kosovo. Serbia y sus aliados, Rusia y China, la han rechazado y han bloqueado el ingreso de Kosovo en la ONU y otras instituciones internacionales.
Se teme que Rusia pueda empujar a Serbia a otra intervención militar en Kosovo para intentar desviar al menos parte de la atención mundial de la invasión a Ucrania. Bajo el liderazgo populista de Vucic, Serbia se ha ido alejando progresivamente de su proclamado objetivo de ingresar en la UE y se ha acercado a una estrecha alianza política y militar con Moscú.