Por Pedro García
Para estas fechas, en sexenios anteriores, el Presidente en turno iba de bajada, es decir, desgastado políticamente por la aproximación del “dedazo”, en otras palabras, el estoconazo que el propio mandatario tenía que hundirse, previo al abandono del poder.
Bajo la mesa, o por encima, los sectores y las “fuerzas” vivas hacían olas tratando de congraciarse con quien sería el agraciado y que, una vez proclamado (habemus candidato), le resultaban galas personales comparables a un tlatoani, mientras, el resto de los mencionados quedaban helados paleta, reducidos casi a la nada.
Actualmente, el presidente López Obrador se mantiene en la palestra, en la lidia, en la lucha, y no concede cuartel a la oposición, precisamente para que su movimiento llegue con la mayor potencia electoral en el momento en que Morena designe candidat@ (vía encuesta).
Habrá que considerar nuevas encuestas sobre la aprobación presidencial y estimar las probabilidades de la 4T para prolongarse como un concepto democrático, y un probable nuevo “estilo de gobernar” (Ebrard, Adán, Claudia. ¿Noroña?).
Falta ver el efecto en la imagen del gobierno el siniestro que arrojó decenas de migrantes fallecidos, quemados en un albergue en Ciudad Juárez. El hecho es fatídico para el gobierno de AMLO y su bandera, el “no somos iguales”. Por donde se le vea, el caso provino de una negligencia criminal.
En observación de la pugna AMLO-Poder Judicial puede especularse que el director del Instituto Nacional de Migración, Francisco Garduño, sea procesado y posteriormente inculpado. Una decisión en contrario, allegaría (más) duras críticas al Presidente.
Sería un flaquísimo favor del Poder Judicial al jefe de la Nación. Se vería como un deliberado contragolpe en la zona de flotación de la 4T en tiempos previos a la precipitación del año electoral y sobre todo las inminentes elecciones en Coahuila, particularmente las del Estado de México donde Morena podría llegar a la baja y el PRI favorecido. ¿Será posible?
En el otro flanco también juega el bono político-electoral de las pensiones, becas y demás programas sociales que le reditúan votos al partido de López Obrador. Será suficiente, esa es la interrogante.