Por Pedro García
Se complica a Morena su proceso interno para elegir candidat@ a la gubernatura de Nuevo León por dos flancos, ambos muy frágiles de imagen pública: lo concerniente a la práctica de selección en que está metido el partido creado por López Obrador y el video del arquitecto Abel Guerra Garza, esposo de Clara Luz Flores, probable candidata de Morena, divulgación que cobró notoriedad en los medios nacionales con opiniones de crítica negativa hacia las palabras del cónyuge de la todavía alcaldesa de Escobedo.
La postura del arquitecto Abel Guerra fue criticada ya que, según afirman los comentaristas, le crea invisibilidad a Clara Luz: “y en Escobedo, no se confundan, la gente vota por Clara porque es mi esposa”. El caso levantó fuerte polémica.
A pesar de lo anterior, morenistas le observan a esta columna que Clara Luz es un cuadro política fuerte y que quienes al interior del partido repudian su postulación carecen de capital político para evitar su elección como abanderada de MORENA.
No obstante, Morena tiene tiempo –pero no todo el tempo- para efectuar las enmiendas pertinentes para conducir sus procesos en relativa paz que le lleve al éxito electoral el 2021.
En cuanto a los hechos del pasado domingo en que militantes morenistas repudiaron la posibilidad de que Clara Luz sea su candidata se han interpretado como un divisionismo insalvable, con todas las consecuencias previsibles de cara a las elecciones del 2021.
La experiencia dicta que cuando un partido llega a la cita electoral desgastado por la división no gana los comicios por la sencilla razón de que los ciudadanos advierten incertidumbre política en la oferta, es decir, en el candidato o candidata si llega repudiada por un bando del partido que la postula.
A querer o no, la imagen del partido está afectada ante la opinión pública, circunstancia que debe ser reparada a la brevedad por el dirigente Mario Delgado o el propio presidente López Obrador porque si el desencuentro protagonizado se prolonga en el tiempo los electores lo verían mal y votarían por candidatos de otras siglas, aún si la alcaldesa de Escobedo surgiera como la abanderada morenista.
Si Clara Luz Flores debe ser la candidata por una decisión vertical tendría que ser mediante una operación política de altos fueros, que convenza a los grupos enfrentados.
Si la selección se mueve hacia otra persona, deberá ser lo suficientemente atractiva como para ganar la gubernatura de Nuevo León.
La cuestión es si Morena logra encontrar a alguien que cuente con el factor del suficiente conocimiento popular, como el que posee la alcaldesa de Escobedo, es decir, con arrastre para ganar votos rumbo al Palacio Estatal y liderar una campaña que, además, genere sufragios para los candidat@s a diputaciones federales con el objetivo superior de conservar la mayoría que afiance a la 4T y despejar los afanes golpistas de los enemigos de AMLO.