Por Pedro García
Por los ataques arteros, la campaña por la gubernatura de Nuevo León es lo más parecido a una carnicería a campo abierto, un destazadero en el que se propinan hachazos, nada de golpes quirúrgicos.
Hasta el momento de teclear esta columna para El Semanario de Nuevo León los aspirantes Samuel García y Adrián de la Garza, especialmente, están en una lucha a muerte publicando conductas y desempeños del pasado con el objetivo de descarrilarse mutuamente.
En ese ámbito, sorprende una supuesta escalada del cuarto al primer lugar, de Samuel, en las tendencias prelectorales y el bajón de la aspirante de Morena, Clara Luz Flores del sitio de honor al tercero.
Basado en eso, pero sobre todo en la estrategia de Samuel, es probable que el de Movimiento Ciudadano se haya encaramado toda vez de los spots que ha propalado con mensajes duros contra sus rivales.
No se anda por las ramas para señalar los defectos de Adrián y los de Clara Luz, donde trata de crear un efecto de convencimiento a los destinatarios, es decir, los electores.
Hace seis años, El Bronco utilizó un discurso equiparable con duras descalificaciones al PRI y al PAN, así como su intención de encarcelar a Rodrigo Medina, lo cual consiguió, por horas. La estrategia de El Bronco le dio resultados positivos ya que ganó la elección con una marcadísima ventaja. En aquel entonces, el candidato Bronco usó palabras al gusto de la gente y recibió la confianza…
Samuel también usa mensajes con un sentido regionalista al prometer que casi toda la riqueza que generen los nuevoleoneses “se va a quedar aquí”. Es decir, que un gobierno encabezado por él, tomaría de manera unilateral los ingresos tributarios. Por lo menos así lo entiendo.
Me parece una postura aún más radical que la empleada por todos los gobernadores “aliancistas”, hoy demudados y fantasmagóricos, que por lo menos solicitaban un diálogo con el Presidente para tratar el reparto de los impuestos.
Mientras tanto, el priista Adrián de la Garza afirmó que entablaría una denuncia penal contra Samuel García. Adrián como ex procurador sabe un mundo más que nosotros sobre el tema, pero estimo que la pretensión no va a prosperar, como no sea en un aumento de la popularidad del candidato del MC.
Samuel estaría más preocupado –pero ni eso aparenta-, por el lado federal, con las pesquisas de la Unidad de Inteligencia Financiera, pero me parece que eso podría ser usado por el candidato como un intento de persecución política y la gente lo respaldaría.
Regresemos al inicio. Estimamos que se requieren de más encuestas para aquilatar el “peso” específico de Samuel García en el gusto de los electores.
La GENTE y los que opinamos en los medios informativos hemos señalado la necesidad de que los partidos ya no reciclen tanto a candidatos y presenten caras nuevas.
Considero que hay partidos que han postulado rostros nuevos, jóvenes, mujeres y hombres para los distintos cargos de elección popular, personas preparadas, gente de extracción netamente popular, activistas prestigiados. Ahora le corresponde a los electores ser congruentes con su demanda.