Por Pedro García
Ha vuelto a quedar demostrado que los Estados Unidos de América no tiene amigos, tiene intereses…
Nuevamente, el Tío Sam enseña sus vergüenzas políticas al solicitar el apoyo al repudiado Chavismo encarnado, ahora, por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, con remesas de petróleo que el imperio requiere en el conflicto mundial de la invasión de Rusia a Ucrania.
En México, el presidente López Obrador dijo el jueves 31 de marzo de 2022 que el gobierno estadunidense no le ha formulado una petición similar.
Naturalmente, los opositores (señaladamente los panistas) al régimen de Obrador no se han atrevido a lanzar el repudio al mandatario Biden, de EUA por haberse atrevido a recurrir al “chavismo” en busca de tortillas duras.
Seguramente el panismo y Claudio X González dirán que todo se justifica porque está de por medio el interés superior de la democracia en lo cual es determinante el poner freno al presidente ruso, Putin, calificado de carnicero por el señor Biden.
Por otro lado, el bloque continental que se armó para derrocar al presidente Maduro fracasó, lo mismo que la intentona de imponer en su lugar a un títere, (Guaidó) que ahora ve cómo fue gachamente utilizado y se limita a testificar la hipocresía de Washington y de la OEA y su dirigente, Almagro que no tiene las agallas para censurar a Biden, porque come de las manos del presidente de Estados Unidos.
Mientras esto ocurre, nuestros vecinos del norte vinieron a echar toda la carne al asador en el mismísimo Palacio Nacional para dialogar o ¿presionar?, al presidente López Obrador, sobre la iniciativa de Reforma Eléctrica.
López Obrador habría recibido a varios altos dignatarios del gobierno de Washington y fortísimos empresarios del ramo energético.
A la vez, el gobierno estadounidense prepara acciones contra la reforma de AMLO, bajo argumentos del Tratado T-MEC, en donde falta tiempo y espacio para advertir cuál será la suerte de México en ese conflicto, porque como dije al inicio, EUA no tiene amigos, tiene intereses.