México pierde gradualmente su producción nacional de leche, ante las crecientes importaciones de productos lácteos que no siempre cumplen con los requisitos básicos de calidad. Tan sólo en el 2017, la balanza comercial en este sector arrojó un déficit de 4 mil millones de dólares, informó el Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche.
El dirigente de este organismo, Álvaro González Muñoz, sentenció que “los productores nacionales de leche avizoran un panorama sombrío en el 2018”, sentenció el dirigente. Además de las importaciones, también les afectan los aumentos en los precios de forrajes y la elevación de costos de producción por los aumentos en el diesel, gasolina, gas y otras materias primas importadas.
Los productores lecheros también se han visto afectados por la devaluación del peso respecto del dólar y la “fragilidad” del gobierno para permitir que los importadores de sueros y ‘polvos de leche’ sustituyan a la leche fresca, natural y nutritiva de los productores nacionales.
González Muñoz calificó como “necedad” que la Secretaría de Economía mantenga la leche y sus derivados como parte de del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y del Tratado de Libre Comercio de la Unión Europea y México (TLCUEM).
Consideró que la política del secretario Ildefonso Guajardo es “antinacionalismo”, y que al negociar “se olvida que debe anteponer los intereses de los productores mexicanos por encima de los de productores extranjeros”.