A partir de los residuos que generan las industrias de queso y vino, investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México obtuvieron hidrógeno y metano, biocombustibles gaseosos útiles para generar electricidad mediante un proceso limpio.
En un comunicado, la institución informó este domingo que académicos del Instituto de Ingeniería (II) de la UNAM, en la Unidad Juriquilla, en el estado de Querétaro, encabezados por el investigador Germán Buitrón, utilizaron el mosto o zumo de las uvas y su cáscara, además del suero de la leche resultante de la industrialización del queso, para generar valor agregado.
“El efluente vitivinícola lo recogemos durante la vendimia (de junio a noviembre) entre las ciudades de Tequisquiapan y Ezequiel Montes, en el estado de Querétaro”, explicó Buitrón.
Dijo que en “esa zona donde están concentradas las bodegas y viñedos, mientras que el resto del año obtenemos el suero de la leche para trabajar en el laboratorio y generar electricidad con el biogás”.